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TDAH: Los síntomas más comunes en personas con trastorno de déficit de atención e hiperactividad

El TDAH puede afectar a personas de todas las edades, aunque es más comúnmente diagnosticado en la infancia.

El TDAH (trastorno de déficit de atención e hiperactividad) es un trastorno de desarrollo neurológico que afecta la capacidad de una persona para concentrarse, controlar impulsos y mantener un comportamiento organizado.

Aunque, según los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades, no existe una cura para este trastorno, se puede manejar eficazmente y algunos síntomas pueden mejorar con el tratamiento adecuado.

El TDAH puede afectar a personas de todas las edades, aunque es más comúnmente diagnosticado en la infancia.

Según los expertos de Mayo Clinic, los síntomas tempranos de este trastorno comienzan antes de los 12 años, y en algunos casos, son observables desde los 3 años.

Esta condición conlleva síntomas que impactan diversos aspectos de la vida, incluyendo lo personal, familiar, social y laboral. Además, se destaca que el TDAH es más prevalente en hombres que en mujeres, y los comportamientos asociados pueden variar entre ambos géneros.

Conductas típicas de este trastorno en niños y adolescentes

  • Fantasear mucho.
  • Olvidar o perder las cosas con mucha frecuencia.
  • Retorcerse o moverse nerviosamente.
  • Hablar mucho.
  • Cometer errores por descuido o correr riesgos innecesarios.
  • Tener problemas para resistir la tentación.
  • Tener problemas para respetar turnos.
  • Tener dificultades para llevarse bien con otros.

Tres subtipos de TDAH

  • Falta de atención predominante. La mayoría de los síntomas corresponden a la falta de atención.
  • Conducta hiperactiva/impulsiva predominante.
  • Combinado. Esta es una mezcla de síntomas de falta de atención y síntomas de hiperactividad/impulsividad.

TDAH en adultos

Si bien se diagnostica en la niñez, muchos adultos pueden experimentar síntomas TDAH a medida que envejecen, cómo:

  • Dificultad para prestar atención.
  • Impulsividad.
  • Inquietud.
  • Desorganización y problemas para establecer prioridades.
  • Escasa planificación.
  • Cambios de humor frecuentes.
  • Temperamento irascible.
  • Problemas de estrés.

Reconocer que el TDAH no es simplemente una serie de comportamientos disruptivos, sino un trastorno con profundas ramificaciones en todas las áreas de la vida puede abrir puertas a una mayor comprensión y apoyo, en un mundo que avanza a distintos ritmos para todos.

Cada síntoma presenta sus desafíos únicos, pero también ofrece una oportunidad para que las personas con TDAH y sus seres queridos trabajen juntos hacia un entendimiento y adaptación mutuos.

Consultar al médico es la clave ante cualquier mínima duda o incertidumbre.

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