Descubierta la posible causa de las náuseas del embarazo y su potencial tratamiento
La hiperémesis gravídica puede afectar la calidad de vida de las mujeres embarazadas, incluso en casos leves.
LONDRES.-Un reciente estudio ha arrojado luz sobre las náuseas del embarazo, conocidas como hiperémesis gravídica, una condición que afecta a hasta siete de cada diez mujeres en algún momento de su gestación.
Hasta ahora, se sabía poco sobre las razones detrás de esta incomodidad, pero investigadores han identificado la sensibilidad a una hormona producida en abundancia durante el embarazo, llamada GDF15, como un factor contribuyente al riesgo de estas náuseas.
La hiperémesis gravídica puede afectar la calidad de vida de las mujeres embarazadas, incluso en casos leves.
Entre el 1% y el 3% de las mujeres experimentan una forma grave, caracterizada por náuseas y vómitos tan intensos que provocan pérdida de peso o deshidratación, o ambas.
Este estudio revela que la GDF15, una hormona que suprime el apetito en ratones y se encuentra en concentraciones elevadas en mujeres embarazadas, está vinculada a la severidad de estas náuseas.
La investigación también destaca que las variaciones naturales en el ADN de futuras madres contribuyen al riesgo de las náuseas del embarazo. Mutaciones genéticas cercanas a la GDF15, presentes en alrededor del 15 al 30% de la población, disminuyen los niveles de la hormona, aumentando levemente el riesgo de padecer esta condición.
¿Cuál podría el tratamiento a las náuseas durante el embarazo?
Sorprendentemente, mujeres con una afección sanguínea llamada talasemia, que resulta en niveles elevados de GDF15 a lo largo de la vida, informaron de menos náuseas y vómitos durante el embarazo.
Estos hallazgos sugieren que la predisposición a niveles más altos de GDF15 cuando no se está embarazada reduce el riesgo de las náuseas del embarazo, planteando posibles enfoques de tratamiento: la desensibilización a la GDF15 aumentando sus niveles antes del embarazo o bloqueando su acción durante el mismo.
El desafío ahora radica en desarrollar y probar estrategias seguras y aceptables para las mujeres en riesgo de esta debilitante condición. Este descubrimiento podría abrir la puerta a tratamientos efectivos y mejorar significativamente la calidad de vida de las mujeres embarazadas afectadas.
Artículo original publicado en The Conversation