¿Cuál es el pan dulce más saludable? Descubre opciones conscientes para disfrutar sin culpa

CIUDAD DE MÉXICO.- En medio del deleite que supone el pan dulce, es esencial considerar sus posibles efectos secundarios en la salud y tomar decisiones informadas sobre cuál elegir. Aunque la variedad de opciones en las panaderías mexicanas es vasta, no todos los panes dulces son iguales en términos de impacto en nuestro bienestar.

Las donas, conocidas por su exceso de azúcar y fritura, se destacan como una de las opciones menos saludables. El consumo excesivo de azúcar puede tener efectos adversos en la salud. Alimentando bacterias negativas y aumentando la inflamación en el cuerpo. Además, el azúcar se ha relacionado con riesgos como diabetes tipo II, hígado graso y problemas cardiovasculares.

La Revista del Consumidor de la Procuraduría Federal del Consumidor (Profeco) subraya que no existen alimentos inherentemente "buenos" o "malos", sino hábitos alimenticios que pueden beneficiarnos o perjudicarnos. En este sentido, es esencial optar por panes dulces que minimicen los riesgos asociados al exceso de azúcar.

El Servicio Nacional de Salud de Reino Unido (NHS) aconseja una ingesta diaria de calorías para una alimentación saludable, y es crucial tener en cuenta este aspecto al elegir pan dulce. Algunos tipos recomendados por My Fitness Pal, con menos de 200 calorías por pieza, incluyen el cuernito, el pan tallado y el cocol.

Te puede interesar: 6 beneficios del aceite de oliva, según científicos

El Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) sugiere acompañar el pan dulce con bebidas sin azúcar, como café o té, para evitar incrementar la ingesta calórica. Además, se destaca la importancia de optar por pan casero o artesanal, ya que las versiones industrializadas pueden ser alimentos ultraprocesados.

La elección de pan dulce hecho con harinas integrales también se presenta como una alternativa más saludable. Según la Escuela de Medicina de Harvard, las harinas integrales aportan minerales esenciales, alto contenido en fibra y proteínas que el pan blanco convencional no contiene.

Disfrutar del pancito no tiene por qué cancelarse, pero hacer elecciones informadas puede marcar la diferencia en tu bienestar.