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Entre tinta y amor: El romance de Cristina y José Emilio Pacheco

"Aunque no lo creas resulta muy difícil y requiere de cierto valor preparar una sola porción de lo que sea cuando siempre has hecho dos", escribió Cristina después de la muerte de José Emilio Pacheco.

Entre tinta y amor: El romance de Cristina y José Emilio Pacheco

CIUDAD DE MÉXICO.- Después de que Cristina Pacheco anunciara su retirada en televisión el pasado 1 de diciembre, la noticia evocó en las redes sociales la historia de amor entre la periodista y José Emilio Pacheco.

La cita "Aunque no lo creas resulta muy difícil y requiere de cierto valor preparar una sola porción de lo que sea cuando siempre has hecho dos" acompañó los tweets que se hicieron virales, recuperando la columna "Eterno viajero" escrita por Pacheco en febrero de 2014 en "La Jornada", un mes después del fallecimiento del autor de "Las batallas en el desierto".

Ambos se conocieron gracias a la presentación de Carlos Monsiváis. Contrajeron matrimonio en 1965 y tuvieron dos hijas, Laura Emilia y Cecilia Pacheco. A pesar de ser una de las parejas más destacadas en la cultura mexicana y de compartir intereses, Cristina Pacheco siempre dejó claro que José Emilio no le daba indicaciones sobre cómo escribir. En una entrevista con EL UNIVERSAL, afirmó:

Él nunca quiso ser maestro de nada, aunque lo fue de muchas cosas pero sin proponérselo, pero él me enseñó algo que yo sabía pero lo enseñó todavía más, el sentido que tiene el trabajo, él me decía ‘aunque nadie te lea, si tú eres feliz haciendo eso y crees que eres honesta, sigue haciéndolo, toda la vida, cuando te dé la gana.

Eterno viajero

Aunque la pareja fue muy reservada sobre su vida privada, en "Eterno viajero" y otras declaraciones, la escritora dejó entrever la íntima y cariñosa dinámica entre ellos. En el texto, Pacheco relata una anécdota sobre el olvido de una bufanda antes de un viaje, dando lugar a la explicación de cómo se comunicaban por teléfono o cartas durante sus viajes, escribiendo en diarios para compartir sus experiencias en sus reencuentros.

Al final del escrito, Pacheco revela cómo es la vida ahora que está sola: "bajé a la cocina para hacer café. Aunque no lo creas resulta muy difícil y requiere de cierto valor preparar una sola porción de lo que sea cuando siempre has hecho dos". La escritora le comunica a Pacheco que continuará escribiendo en un diario para él, a pesar de saber que el escritor emprendió un viaje más largo de lo habitual.

Mañana escribiré en la primera libreta de las muchas que tendré que llenar contándote mi vida hasta el día en que vuelvas. Ya sé que esta vez no será pronto. En cierta forma es mejor: me darás tiempo de cumplir con todos tus encargos, entre ellos encontrar la pluma negra con la que tenías mejor letra. Esto me recuerda otro de mis pendientes: descifrar lo que escribiste en hojas sueltas las noches anteriores a tu viaje. Hice una pausa. Me levanté del escritorio porque reapareció frente a tu ventana el colibrí que tanto te gustaba. Si él regresó, es imposible que no regreses tú.

En cuanto al duelo de Cristina Pacheco, José Emilio Pacheco falleció en enero de 2014 tras sufrir un golpe en la cabeza. El accidente ocurrió mientras estaba solo en casa. Cristina Pacheco, al regresar de trabajar, le sugirió ir al hospital, pero el autor se negó, diciendo: "Por un estúpido golpe en la cabeza no voy al hospital. Fue un golpe y ya".

"Nunca despertó de ese sueño, estuvo siempre plácido, tranquilo", detalló la periodista, quien se percató de la gravedad al día siguiente al llevarle un café a la cama a su esposo.

En una entrevista con MVS, Cristina Pacheco expresó su dolor por la pérdida y cómo tenía que hablar en pasado de una persona presente en su vida. Dos años después, publicó "El eterno viajero" como un libro con 50 historias, entre las que destacaba la figura de José Emilio Pacheco, un compendio de textos escritos entre 2014 y 2016.

En la ausencia de José Emilio, la periodista admitió que a veces "metía la pata" y aún sentía el impulso de comprar regalos para él.

Pero ya vi que eso no puede ser, que tengo que ser valiente, que tengo que crecer como persona (...). Cómo voy a oponerme a la realidad de la muerte, ahí no hay vuelta de hoja.

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