¿Qué es la tos ferina y cuáles son sus síntomas y tratamiento?
La tos ferina, causada por la bacteria Bordetella pertussis, es una infección respiratoria muy contagiosa que se transmite a través de las secreciones nasales y bucales de personas infectadas.
La tos ferina, también conocida como tos convulsiva, es una enfermedad respiratoria altamente contagiosa causada por la bacteria Bordetella pertussis. Se adquiere al estar en contacto con las secreciones respiratorias de una persona infectada. Los síntomas suelen aparecer entre una y dos semanas después de la exposición al patógeno.
Síntomas iniciales de la tos ferina:
En las primeras etapas, la tos ferina se manifiesta con síntomas similares a los de un resfriado común, que incluyen:
- Secreción nasal
- Fiebre ligera
- Tos ocasional
Estos síntomas iniciales pueden ser leves y a menudo se confunden con otras infecciones respiratorias.
Desarrollo de la enfermedad:
A medida que la enfermedad progresa, la tos se vuelve más severa y persistente. La tos ferina se caracteriza por ataques de tos intensos y recurrentes que pueden durar varias semanas. Estos ataques pueden generar dificultades para respirar y suelen ir acompañados de un sonido característico de silbido o estridor al inhalar aire. Estos ataques de tos son más frecuentes durante la noche y pueden dificultar actividades como comer o beber, dice la Secretaría de Salud de México.
Te puede interesar: Síndrome de Sjögren, la enfermedad que padece la ‘Chupitos’
Síntomas avanzados:
- Tos intensa y persistente: La tos se vuelve severa y puede durar hasta 10 semanas.
- Dificultad para respirar: Después de un ataque de tos, puede ser difícil respirar debido al esfuerzo.
- Vómitos: Los ataques graves de tos pueden provocar vómitos.
- Enrojecimiento o palidez en el rostro: El rostro puede volverse rojo o incluso azul debido a la falta de oxígeno.
- Fatiga extrema: La tos intensa y constante puede llevar a una gran fatiga.
En algunos casos, especialmente en adultos y adolescentes, la tos puede ser seca y persistente sin el sonido característico. Los bebés pueden presentar síntomas diferentes, como dificultad para respirar o incluso pausas en la respiración durante los ataques de tos, señala el servicio de Salud de Nueva York.
Tratamiento de la Tos Ferina
El tratamiento para la tos ferina generalmente incluye el uso de antibióticos. Estos medicamentos pueden ayudar a reducir la duración y la severidad de la enfermedad y a prevenir la propagación a otros. Los antibióticos recomendados incluyen:
Azitromicina (Zithromax)
Eritromicina
Claritromicina (Biaxin)
Otra opción es el trimetoprim-sulfametoxazol (Bactrim). En casos severos, puede ser necesario administrar líquidos por vía intravenosa para manejar la deshidratación provocada por los ataques de tos intensos.
Te puede interesar: Enfermedades aterradoras trasmitidas por el agua
Prevención de la tos ferina
La tos ferina puede prevenirse mediante la vacunación. En México, la vacuna pentavalente acelular protege contra cinco enfermedades, incluyendo la tos ferina, así como la difteria, el tétanos, la poliomielitis y la influenza tipo B. Esta vacuna se administra en cuatro dosis a los 2, 4, 6 y 18 meses. Además, se aplica un refuerzo de la vacuna DPT a los 4 años para mantener la protección contra la difteria, el tétanos y la tos ferina.
Inmunidad y vacunación
Ni la infección natural ni la vacunación garantizan una inmunidad de por vida contra la tos ferina. La protección proporcionada por la vacuna disminuye con el tiempo, generalmente después de cinco a diez años. Por lo tanto, es recomendable que los adolescentes y adultos se vacunen para mantener la protección y reducir el riesgo de contraer la enfermedad.
Sigue nuestro canal de WhatsApp
Recibe las noticias más importantes del día. Da click aquí