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Sofisticada y vibrante

Cuando se piensa en una casa situada en Cancún, Quintana Roo, quizá lo menos probable sea imaginar que muros con tapiz o burós forrados sean parte de su decoración; pero justo este mix es lo que experimentan los habitantes de la Casa 186.

Sofisticada y vibrante

Ubicada en la zona residencial de Puerto Cancún, a nivel del mar, con el trasfondo de los canales aledaños y el mar turquesa del Atlántico, esta vivienda fue diseñada por el arquitecto Aaron Cappon, quien buscó equilibrar los espacios naturales y los construidos, empleando geometría simple y áreas abiertas espaciosas.

Así, el artífice logró reinterpretar una casa de estilo pabellón, respondiendo al caluroso clima del Caribe.

La diseñadora Nyra Troyce fue la encargada del interiorismo, lo cual implicó el diseño de los muebles y los textiles. Para ella, las texturas se convierten en una segunda piel para el espacio arquitectónico, por ello puso especial énfasis en ellas.

“En mi enfoque de diseño me aseguro de utilizar textiles de alta calidad en el mobiliario con acabados especiales”, señaló Troyce.

En Casa 186 tuvo diversas consignas, la primera, priorizar la comodidad, así que, para asegurar que los materiales fueran térmicos y se adaptaran al ambiente, hizo una cuidadosa selección de fibras que cumplieran con ese objetivo.

Así, los textiles utilizados en la sala exterior son repelentes a las manchas, antibacteriales, resistentes al sol y a la humedad, además, se incluyó un tapete elaborado especialmente para esa área, con cuerda náutica, integrando el contexto marítimo del entorno.

El punto focal de ese espacio es el tapiz que Troyce diseñó, con un toque divertido, el cual funciona como mural y, a la vez, refleja la pasión del propietario por la lucha libre.

RIQUEZA DE TEXTURAS

Al seguir con la detallada selección de textiles para crear calidez y confort, en la recámara principal el buró se recubrió de piel en los laterales, a fin de aislar la energía, ya que estos muebles tienen cargadores integrados que no requieren enchufes y permiten que los celulares se recarguen al dejarlos allí.

Las cortinas de día son de gasa de lino, una fibra natural fresca, mientras que las de noche son de lana, un material más térmico; esto ofrece un plus en términos de control de la temperatura.

En la recámara de la hija adolescente, Troyce optó por colores suaves, así como textiles y tapices que crean una atmósfera de tranquilidad y armonía. Las luminarias son de cristal cortado en tono gris, añadiendo un toque de glamour juvenil.

Después, en la sala, las cortinas de lino ayudan a controlar la entrada de luz y mantener una temperatura confortable al interior. El muro principal de esa área está decorado con tapiz que asemeja un estuco y tiene propiedades acústicas, al igual que el gran tapete tejido con seda y algodón especialmente para este espacio.

En el comedor, la lámpara luce como una escultura que se equilibra con los muebles de esa zona hechos a la medida y que, en conjunto, crean un ambiente de sofisticación. Las sillas tienen una doble combinación de textiles, que incluyen tecnología como arena sílica, la cual hace que el material sea más duradero y de bajo mantenimiento.

Con todo ello, la interiorista logró un hogar confortable, contemporáneo y bien calibrado en cuanto al uso eficiente de los textiles y el consecuente para los habitantes.

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