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¿Cuándo es el momento adecuado para empezar un nuevo hábito y realmente mantenerlo?

Los humanos somos seres sociales, y el impulso de pertenecer a una comunidad es una necesidad fundamental, explica la neurocientífica Selena Bartlett.

Las resoluciones de Año Nuevo, la limpieza de primavera o los retos como el “Dry January” son populares en nuestra cultura como momentos clave para establecer nuevos hábitos. Sin embargo, los expertos coinciden en que no hay evidencia que demuestre que estos momentos sean más efectivos que otros para lograr cambios duraderos. De hecho, solo dos de cada diez personas logran mantener sus resoluciones de Año Nuevo a largo plazo. Pero, entonces, ¿cuál es el mejor momento para comenzar un nuevo hábito y hacerlo perdurable?

¿Por qué nos atraen los cambios colectivos?

Los humanos somos seres sociales, y el impulso de pertenecer a una comunidad es una necesidad fundamental, explica la neurocientífica Selena Bartlett. Los rituales colectivos, como las resoluciones de Año Nuevo, satisfacen este deseo de sentirnos apoyados y ser parte de algo más grande que nosotros mismos. Además, los “hitos temporales” —momentos como el inicio de un nuevo año o un cumpleaños— nos proporcionan una sensación de comenzar de nuevo, lo que facilita la separación mental entre nuestros hábitos pasados y nuestros objetivos futuros.

Sin embargo, los beneficios de fijar metas colectivas también pueden tener su lado negativo. En ocasiones, depender de una pareja o grupo para mantener la motivación puede ser contraproducente si ellos deciden abandonar el compromiso, como sucede con las dietas compartidas. Además, compararnos con otros puede generar frustración si no vemos los mismos resultados que ellos.

El momento adecuado para hacer un cambio

Los expertos sugieren que, en lugar de basarnos en momentos específicos del año, deberíamos centrarnos en los llamados “puntos de inflexión” personales. Estos son eventos significativos, como una reunión de antiguos alumnos, un problema financiero o una preocupación de salud, que nos impulsan a cambiar de forma profunda y significativa. Estos momentos son más efectivos porque están arraigados en motivaciones auténticas y personales, a diferencia de las metas impulsadas por la presión social.

No obstante, no es necesario esperar una crisis para hacer cambios. Si sientes que es el momento de mejorar algún aspecto de tu vida, lo mejor es actuar de inmediato, antes de que tus viejos hábitos tomen el control nuevamente.

Qué hacer cuando la motivación aparece

Cuando sientas el impulso de hacer un cambio, es esencial aprovechar esa motivación inmediata. La psicóloga Wendy Wood señala que la ventana de oportunidad para tomar decisiones y actuar puede ser corta, por lo que es importante no dejar pasar el momento. Una buena estrategia es escribir un plan diario, establecer objetivos específicos y tangibles, y mantener un registro visible de tus progresos. De esta manera, aunque tu motivación inicial disminuya, tendrás un sistema que te mantendrá enfocado en tu objetivo.

También puedes usar dispositivos de compromiso, como pagar por adelantado una membresía al gimnasio, lo que te obligará a seguir yendo incluso después de que la novedad se disipe.

Estrategias para que el nuevo hábito perdure

Uno de los secretos para que un nuevo hábito se mantenga es hacer que el objetivo sea específico y alcanzable. En lugar de prometerte perder 10 kilos al mes, establece metas más pequeñas, como reducir la ingesta calórica diaria o dedicar 30 minutos al ejercicio. La investigación ha demostrado que los objetivos claros y concretos aumentan significativamente las probabilidades de éxito.

Otra técnica útil es la “acumulación de hábitos”, que consiste en añadir tu nuevo hábito a una rutina ya establecida. Por ejemplo, leer 10 páginas de un libro cada noche justo antes de cepillarte los dientes.

Además, es crucial que el hábito sea agradable. Si no disfrutas ir al gimnasio, considera hacer algo que te guste mientras te ejercitas, como escuchar un podcast o invitar a un amigo.

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No te rindas ante los tropiezos

Es importante no desanimarse si fallas o si no ves resultados inmediatos. El cambio es un proceso continuo y cada intento fallido es una oportunidad para aprender. Como sugiere la profesora Christine Whelan, si tus resoluciones de Año Nuevo no funcionan, no dudes en intentarlo nuevamente en otro momento significativo, como el inicio de la primavera o incluso el próximo mes.

Con información de Natgeo.

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