Descubre la fruta y hábitos que mejoran la calidad del sueño
Pequeños ajustes en la alimentación y en los horarios de las comidas pueden tener un impacto significativo en la calidad del sueño.
El sueño es crucial para mantener una buena salud, y un reciente estudio titulado “Sueño y Nutrición para Atletas”, realizado por el Instituto Nacional de Salud de Estados Unidos y la Universidad de Cambridge, brinda recomendaciones basadas en la ciencia para mejorar la calidad del descanso nocturno. El análisis destaca cómo ciertos alimentos pueden desempeñar un papel clave en la optimización del sueño.
Fruta que se recomienda consumir antes de dormir
Uno de los hallazgos más interesantes del estudio es que comer dos kiwis una hora antes de dormir puede mejorar la duración y eficiencia del sueño en un 16,9%. Esta fruta es rica en serotonina, un neurotransmisor esencial para regular el sueño, y contiene antioxidantes que favorecen el descanso. Además, el kiwi es bajo en calorías y aporta nutrientes como potasio y vitamina C, lo que lo convierte en una opción saludable para quienes buscan descansar mejor.
El informe también recomienda consumir alimentos ricos en triptófano, como pavo, pescado, leche y huevos, ya que estos favorecen la producción de serotonina y melatonina, hormonas clave para regular el ciclo del sueño. Además, se sugiere incorporar carbohidratos de alto índice glucémico en la cena, pero siempre al menos una hora antes de dormir, ya que pueden ayudar a reducir el tiempo necesario para conciliar el sueño.
Hábitos alimenticios que se deben evitar antes de dormir
Por otro lado, el estudio subraya la importancia de evitar ciertos hábitos alimenticios antes de dormir. Los especialistas aconsejan evitar la cafeína después de las 3 de la tarde, ya que esta sustancia puede interferir con la capacidad para conciliar el sueño. Asimismo, se recomienda cenar al menos una hora antes de acostarse, combinando proteínas y carbohidratos para favorecer la síntesis de melatonina y lograr un descanso más profundo.
El estudio también enfatiza que, aunque la alimentación juega un papel fundamental, es importante considerar otros factores en la calidad del sueño, como la rutina de descanso y la higiene del sueño. Implementar cambios en la dieta y los hábitos alimenticios puede ser un paso importante para lograr un descanso reparador y mejorar la salud general.
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