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Cómo cuidar la alimentación de tus hijos para reducir la hiperactividad

La dieta, aunque no es una solución mágica para la hiperactividad, puede ser una herramienta útil para mejorar el comportamiento y la atención de los niños.

En los últimos años, ha crecido el interés por el impacto que la alimentación podría tener en la hiperactividad infantil. A pesar de la falta de evidencia científica que vincule directamente ciertas dietas con el desarrollo de síntomas de TDAH, diversos expertos han destacado cómo algunos alimentos y patrones dietéticos pueden influir en el comportamiento y la atención de los niños.

Joe Wicks, conocido por sus videos de ejercicio durante la pandemia, generó controversia al relacionar alimentos ultraprocesados con el TDAH. Aunque sus comentarios fueron calificados como “engañosos” por especialistas, su idea subyacente no está del todo fuera de lugar: la dieta juega un papel importante en la regulación del comportamiento, la energía y la atención.

El papel de la nutrición en el comportamiento infantil

La doctora Emma Derbyshire, experta en salud pública y autora de Nutrition for ADHD and Dyslexia, señala que, si bien la nutrición no causa ni cura el TDAH, puede complementar las intervenciones médicas y educativas.

Una estrategia clave para reducir la hiperactividad es estabilizar los niveles de azúcar en la sangre. Los alimentos ricos en azúcares simples tienden a generar picos de energía seguidos de caídas abruptas, lo que puede afectar el comportamiento. Para evitar estos altibajos, se recomienda incluir proteínas en las comidas, como huevo, pescado, legumbres o carnes magras.

Además, los carbohidratos complejos, presentes en alimentos como pan integral, arroz integral, papa con cáscara y frutas con piel, liberan energía de forma lenta y sostenida, ayudando a mantener la atención y evitar la necesidad de snacks azucarados.

El impacto positivo de los ácidos grasos omega-3

Los ácidos grasos omega-3, como los que se encuentran en pescados grasos como el salmón, la caballa y las sardinas, son esenciales para la salud cerebral. Investigaciones indican que niños con TDAH tienden a tener niveles más bajos de ácido docosahexaenoico (DHA), un componente clave de los omega-3. Consumir estos alimentos podría ayudar a mejorar la atención y reducir problemas de comportamiento.

Evitar bebidas energéticas y ciertos aditivos

Las bebidas energéticas, aunque atractivas por sus colores llamativos y bajo costo, contienen altas cantidades de azúcar y cafeína, además de ingredientes estimulantes como guaraná y taurina. Estudios han demostrado que el consumo frecuente de estas bebidas aumenta significativamente el riesgo de hiperactividad.

Por otro lado, algunos colorantes artificiales presentes en alimentos ultraprocesados, como tartrazina (E102) y rojo allura (E129), han sido asociados con efectos negativos en la atención y actividad infantil. Es importante revisar las etiquetas y optar por opciones más naturales.

¿Un lugar para los alimentos procesados?

Aunque los alimentos ultraprocesados suelen asociarse con dietas poco saludables, algunos productos como cereales fortificados bajos en azúcar pueden ser opciones aceptables. La clave está en moderar el consumo y prestar atención a los ingredientes añadidos.

La dieta, aunque no es una solución mágica para la hiperactividad, puede ser una herramienta útil para mejorar el comportamiento y la atención de los niños. Incorporar alimentos ricos en proteínas, omega-3 y carbohidratos complejos, mientras se reducen los azúcares simples y aditivos artificiales, puede marcar una diferencia positiva en su bienestar general.

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Si deseas realizar cambios en la dieta de tu hijo, consulta con un nutricionista o médico especializado para asegurarte de que las necesidades específicas de tu hijo estén cubiertas.

Con información de Daily Mail.

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