¿Por qué es importante no quitar la cutícula al hacerte las uñas?

Las cutículas son una pequeña capa de piel que rodea la base de nuestras uñas, pero su función va más allá de una simple barrera estética. Aunque a menudo se eliminan para lograr un acabado más limpio en las manicuras, este hábito puede traer graves consecuencias para la salud de las uñas.

Riesgos de quitar las cutículas

Actuando como una protección natural, las cutículas sellan el espacio entre la piel y la uña, evitando la entrada de bacterias, hongos y otros microorganismos que pueden generar infecciones. De acuerdo con el Hand and Wrist Institute, estas también protegen la matriz ungueal, un tejido fundamental en la producción de nuevas células para el crecimiento de las uñas.

Eliminar las cutículas puede exponer esta zona delicada, dejando la matriz ungueal vulnerable a infecciones, como la paroniquia, una afección que causa enrojecimiento, hinchazón y dolor, tal como lo señala la Universidad de Utah. Si no se trata a tiempo, puede generar complicaciones más graves.

Además de las infecciones, la eliminación de las cutículas puede acarrear problemas a largo plazo. Según la Academia Americana de Dermatología, cortar estas capas de piel puede provocar deformidades permanentes en las uñas, como surcos, ondulaciones o cambios en el grosor. El uso de herramientas no esterilizadas, como alicatas, también puede ocasionar heridas microscópicas que facilitan la entrada de hongos.

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Recomendaciones para cuidar las cutículas

En este sentido, técnicas de manicura invasivas, como la “manicura rusa”, que implica la remoción completa de la cutícula, han generado preocupación entre los expertos. La Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) recomienda optar por métodos menos agresivos para evitar daños innecesarios.

En lugar de cortar las cutículas, ISDIN sugiere hidratarlas con aceites o cremas especiales y empujarlas suavemente después de un baño o remojar las manos en agua tibia. Estos cuidados no solo preservan la salud de la piel, sino que también facilitan una aplicación más eficaz del esmalte.

Finalmente, es fundamental utilizar herramientas esterilizadas y evitar compartirlas con otras personas. También se debe evitar morderse las uñas o cutículas, ya que esto aumenta el riesgo de infecciones y daños en la piel circundante.