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Ir a misa regularmente puede influir en tu salud mental y física, según expertos en medicina y psicología

Asistir regularmente a misa no solo es un acto de devoción, sino que también puede tener efectos en la salud mental y física.

MÉXICO.— La misa es uno de los rituales más importantes dentro de la tradición católica y ortodoxa. Durante esta ceremonia, los fieles conmemoran la pasión, muerte y resurrección de Jesucristo a través de oraciones, himnos y reflexiones.

Más allá del aspecto religioso, diversos estudios han analizado su impacto en la salud emocional y física de los asistentes.

Según información de Infobae, investigaciones científicas han demostrado que la práctica regular de la misa puede influir en el bienestar mental y la longevidad de las personas.

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¿Cómo ha evolucionado la misa a lo largo del tiempo?

Según la United States Conference of Catholic Bishops, la misa ha experimentado importantes transformaciones desde los primeros siglos del cristianismo. Lo que comenzó como oraciones espontáneas en reuniones pequeñas evolucionó hacia una liturgia estructurada con textos específicos, como el Misal Romano. Estos cambios permitieron establecer una conexión más profunda entre los fieles y su fe, ofreciendo un espacio de espiritualidad tanto individual como colectiva.

Los beneficios psicológicos de asistir a misa

Asistir regularmente a misa no solo es un acto de devoción, sino que también puede tener efectos positivos en la salud mental.

Un estudio de la Women’s Health Initiative, publicado en el Journal of Religion and Health, analizó a 92,539 mujeres mayores de 50 años de diversos orígenes socioeconómicos y religiosos. Los resultados mostraron que aquellas que acudían con frecuencia a servicios religiosos tenían un 56% más de probabilidades de ver la vida con optimismo y un 27% menos de posibilidades de experimentar depresión en comparación con quienes no asistían.

El profesor Eliezer Schnall, de la Universidad Yeshiva en Manhattan, explicó que este estudio examinó factores como el optimismo, la depresión y el apoyo social. También señaló que las asistentes regulares mostraban menos signos de hostilidad cínica, una característica vinculada al estrés emocional.

Observamos una serie de factores psicológicos; el optimismo, la depresión, la hostilidad cínica, y una serie de subcategorías y subescalas que involucran el apoyo social y la tensión social”, explicó Schnall.

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¿Puede la misa influir en la salud física?

Más allá del impacto en la salud emocional, la asistencia regular a misa también podría estar relacionada con una mayor esperanza de vida.

Un estudio publicado en JAMA Internal Medicine, realizado por la Harvard Chan School of Public Health, encontró que quienes asisten a reuniones religiosas más de una vez por semana tienen un 33% menos de riesgo de morir por enfermedades.

Los investigadores identificaron que las personas que asisten a misa una vez por semana tienen un 27% menos de riesgo de fallecer por enfermedades cardiovasculares y un 21% menos de morir a causa de cáncer.

Tyler J. VanderWeele, profesor de epidemiología y coautor del estudio, explicó que estos beneficios pueden estar relacionados con un mayor apoyo social, menor consumo de tabaco y una visión más optimista de la vida.

Los beneficios de asistir a los servicios religiosos parecen estar relacionados con un mayor apoyo social, menos consumo de tabaco y un menor riesgo de sufrir depresión, ya que estas personas tienen una perspectiva más optimista y esperanza de la vida”, señaló.

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Factores a considerar sobre estos estudios

Aunque los estudios muestran una correlación entre la asistencia a misa y una mejor calidad de vida, los investigadores advierten que existen limitaciones en los datos. En particular, la investigación de JAMA Internal Medicine se basó en un grupo específico de mujeres blancas con niveles socioeconómicos similares y pertenecientes al sector de enfermería, lo que limita la generalización de los resultados.

Aun así, estos hallazgos sugieren que la misa no solo cumple una función religiosa, sino que también puede desempeñar un papel en la salud mental y física de los creyentes.

La combinación de comunidad, espiritualidad y reflexión personal podría ser un factor clave en el bienestar general de quienes practican esta tradición de forma regular.

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