¿Podrían las tomografías computarizadas estar impulsando un aumento futuro de casos de cáncer, como sugiere un nuevo estudio?
Un nuevo estudio publicado en Jama Internal Medicine sugiere que las tomografías computarizadas (TC) realizadas en 2023 en EE.UU. podrían llevar a más de 100,000 casos adicionales de cáncer en el futuro.

Las tomografías computarizadas (TC) son una herramienta esencial en la medicina moderna, proporcionando imágenes detalladas del interior del cuerpo que ayudan a diagnosticar una variedad de condiciones, desde cáncer y accidentes cerebrovasculares hasta lesiones internas. Sin embargo, un nuevo estudio publicado en Jama Internal Medicine ha alertado sobre un posible costo oculto de nuestra creciente dependencia de esta tecnología: un aumento futuro de casos de cáncer.
El estudio y sus conclusión
El estudio estima que las TC realizadas en los Estados Unidos en 2023 podrían eventualmente llevar a más de 100,000 casos adicionales de cáncer. Si el ritmo actual de escaneos continúa, se estima que las TC podrían ser responsables de aproximadamente el 5% de todos los nuevos diagnósticos de cáncer cada año. Este hallazgo ha generado preocupación, especialmente dado que el número de TC realizadas en EE.UU. ha aumentado un 30% en poco más de una década. En 2023, se realizaron alrededor de 93 millones de exámenes de TC en 62 millones de personas.
Riesgos asociados
El riesgo asociado a un solo escaneo es bajo, pero no nulo. La vulnerabilidad es mayor en pacientes jóvenes, especialmente en niños y adolescentes, cuyos cuerpos están en desarrollo. Cualquier daño causado por la radiación ionizante puede no manifestarse hasta muchos años después. Aunque más del 90% de las TC se realizan en adultos, este grupo enfrenta el impacto acumulado más significativo debido a la cantidad total de escaneos.
Los tipos de cáncer más comúnmente vinculados a la exposición a la radiación de las TC incluyen cáncer de pulmón, colon, vejiga y leucemia. Para las mujeres, el cáncer de mama también es una preocupación significativa.
Lo que hace que este último estimado sea tan sorprendente es su crecimiento en comparación con cifras anteriores. En 2009, un análisis similar proyectó alrededor de 29,000 casos futuros de cáncer relacionados con las TC. El nuevo número es más del triple, no solo debido a un mayor número de escaneos, sino también porque la investigación más reciente permite un análisis más detallado de la exposición a la radiación en órganos específicos.
El estudio también realiza una comparación llamativa: si las cosas siguen como están, los cánceres relacionados con las TC podrían igualar el número de cánceres causados por el alcohol o el sobrepeso, dos factores de riesgo bien conocidos.
Diferencias en el riesgo según el tipo de escaneo
No todas las TC presentan el mismo nivel de riesgo. En adultos, las TC de abdomen y pelvis son las que contribuyen más a los casos futuros de cáncer. En niños, las TC de cabeza representan el mayor riesgo, especialmente para bebés menores de un año.
Importancia clínica de las TC
A pesar de estos riesgos, los médicos subrayan que las TC son a menudo salvavidas y siguen siendo esenciales en muchos casos. Ayudan a detectar condiciones tempranamente, guiar el tratamiento y son cruciales en emergencias. El desafío está en asegurarse de que se realicen solo cuando realmente sean necesarias.
Tecnologías alternativas y mejoras en la práctica clínica
Nuevas tecnologías podrían ayudar a reducir el riesgo. Los escáneres de TC basados en conteo de fotones, por ejemplo, emiten dosis más bajas de radiación, y las resonancias magnéticas (RM) no utilizan radiación en absoluto. Los investigadores sugieren que el uso mejorado de listas de verificación diagnósticas podría ayudar a los médicos a decidir cuándo es necesario un escaneo y cuándo una alternativa más segura, como RM o ecografía, sería adecuada.
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Es importante destacar que este estudio no demuestra que las TC causen cáncer en individuos específicos. Las estimaciones se basan en “modelos de riesgo” y no en evidencia directa. De hecho, la American College of Radiology señala que ningún estudio ha establecido una relación directa entre las TC y el cáncer en humanos, incluso después de múltiples escaneos.
Sin embargo, la idea de que la radiación puede causar cáncer no es nueva y tiene bases científicas sólidas. Dado el gran número de escaneos realizados, incluso pequeños riesgos pueden sumarse.
Las TC salvan vidas, pero no están exentas de riesgos. A medida que evoluciona la tecnología médica, también lo debe hacer la forma en que la utilizamos. Al reducir los escaneos innecesarios, utilizando alternativas más seguras donde sea posible y manteniendo las dosis de radiación lo más bajas posible, podemos garantizar que las TC continúen ayudando más de lo que perjudican.
Artículo original publicado en The Conversation
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