Abre el Hermitage al público su fondo de esculturas antiguas
Entre las obras figuran estatuas, bustos, torsos o fragmentos de torsos, estatuillas de diversas dimensiones, bajorrelieves, jarrones de mármol y candelabros.
Moscú, Rusia.- El Hermitage de San Petersburgo, el museo más grande de Rusia y uno de los más importantes del mundo, abrió hoy al público su fondo de conservación de esculturas antiguas, formado por más de 200 piezas de maestros de la antigüedad y reproducciones de los siglos XVII-XIX.
"Las colecciones de los museos deben ser accesibles, pero esa accesibilidad no es sencilla sino compleja, y una de las formas de hacer accesibles las obras de arte radica en abrir al público los fondos de conservación", afirmó el director del museo Mijaíl Piotrovski, durante la inauguración virtual de la muestra.
Entre las obras figuran estatuas, bustos, torsos o fragmentos de torsos, estatuillas de diversas dimensiones, bajorrelieves, jarrones de mármol y candelabros.
"Ninguna de las piezas presentadas aquí ha sido expuesta al público", afirmó la jefa del Departamento de Arte Antiguo del Museo y curadora de la muestra, Anna Trofímova.
Según la especialista, estas piezas son parte de los fondos, donde han sido "restauradas y estudiadas" a lo largo de años por expertos del museo.
"Aquí se presentan 227 obras de arte. Se trata de un concepto expositivo absolutamente nuevo, un nuevo enfoque del arte antiguo, una nueva mirada a estas obras. Todo lo que se presenta aquí pertenece a la colección (de la familia imperial rusa) de los Románov", señaló la curadora.
Parte de las obras fueron adquiridas por la dinastía zarista rusa o regaladas a los diversos zares por representantes del Vaticano o monarcas europeos, pero otras fueron halladas por arqueólogos rusos durante expediciones realizadas a lo largo del siglo XIX.
Además, la exposición incluye no solo originales, algunos tan significativos como un torso de Afrodita del siglo II antes de nuestra era, atribuido a Policarmo de Rodas, sino imitaciones hechas por artistas europeos del siglo XVII y que engrosaron las colecciones de arte antiguo de los principales coleccionistas europeos.
Se trata de un modo particular de ver el arte antiguo que gana cada vez más adeptos entre los especialistas contemporáneos, ya que no solo muestra el arte antiguo en sí, sino cómo fue visto por otros artistas a través de los años y cómo los restauradores incidieron en estas piezas a lo largo de la historia.
Según Piotrovski, se trata de "una forma especial de exponer, un tipo especial de obras, una ideología especial" de presentar el arte.
El director del Hermitage defendió que este tipo de muestras presentan visiones alternativas sobre el arte antiguo, sobre los conceptos de conservación en diversas épocas, sobre la definición del arte en sí.
"Es un relato complicado sobre el arte, no es un relato sobre objetos bonitos y salas bonitas, es un relato sobre qué es en realidad la historia del arte, qué es en realidad el trabajo museístico, qué es en realidad el arte de la conservación y qué historias pueden develar los fondos de conservación", dijo.
Y es que para Piotrovski, los fondos de conservación "son la parte principal del museo; son la base del museo".
"El resto corresponde a funciones adicionales muy importantes, pero que no existirían sin los fondos", señaló.
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