Abre en Venecia por primera vez el laberinto dedicado a Borges
Construido en 2011 por la Fundación Giorgio Cini,<strong> </strong>el laberinto<strong> </strong>fue proyectado por el arquitecto inglés Randoll Coate, quien fue amigo de Jorge Luis Borges y en particular a una de sus obras: "El jardín de senderos que se bifurcan" y por un deseo de su viuda, Maria Kodama<strong>.</strong>
Roma, Italia.- El laberinto dedicado a José Luis Borges en la isla de San Giorgio, uno de los lugares más sugestivos de Venecia, ha abierto al público por primera vez en su totalidad y se podrán apreciar sus 3200 plantas de boj de noventa centímetros de altura, que representan una serie de símbolos que recuerdan las obras del genial escritor argentino.
La Fundación Giorgio Cini decidió abrir al público el laberinto y ofrecer una visita guiada acompañada por música, una suite de 15 minutos especialmente compuesta por Antonio Fresa titulada "Paseando por el laberinto" e interpretada por la orquesta del teatro de La Fenice, con motivo del décimo aniversario de su creación y el 35 aniversario de la muerte de Borges.
Construido en 2011 por la Fundación Giorgio Cini fue proyectado por el arquitecto inglés Randoll Coate, quien fue amigo de Borges y en particular a una de sus obras: "El jardín de senderos que se bifurcan" y por un deseo de su viuda, Maria Kodama.
Un regalo mágico
Para mi este es un proyecto maravilloso, es un regalo mágico que me hizo Randool Coate un arquitecto inglés de laberintos que conoció a Borges hace muchos años en Argentina. Este laberinto se ha realizado en Venecia porque era una de las ciudades más queridas de Borges, por que es una ciudad laberinto, una ciudad única y sutil y de maravillosa delicadez y complejidad", explicó Kodama en una nota de la fundación.
Hasta ahora era visible desde uno de los edificios que lo rodean, desde la terraza del Centro Branca, desde donde se puede ver, entre las plantas de boj de noventa centímetros de altura, una serie de símbolos que recuerdan las obras de Borges: dos relojes de arena, un enorme signo de interrogación, el tigre, el nombre de Jorge Luis y las iniciales de María Kodama y los setos dispuestos para formar el nombre de Borges.
Desde este fin de semana será posible sumergirse, perderse, desorientarse y reencontrarse en su interior, un área de 2 mil 300 metros cuadrados, y sentirse con el chino sabio obsesionado con un laberinto del cuento de Borges.
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