Exhumación de Franco reabre el debate sobre su polémico mausoleo
Las autoridades realizaron este martes un ensayo general de la exhumación.

MADRID.- La exhumación de los restos de Francisco Franco, prevista para este jueves, ha reabierto el debate sobre qué hacer con el gigantesco mausoleo donde el dictador ha estado enterrado 44 años, en un enclave siempre objeto de polémica por su fuerte carga simbólica sobre la dictadura franquista.
Las autoridades realizaron este martes un ensayo general de la exhumación, en la que el ataúd será extraído de la basílica y trasladado en helicóptero a un cementerio municipal de El Pardo, en las afueras de Madrid, para su reinhumación.
Pero por ahora no hay consenso sobre qué hacer con el conjunto monumental del Valle de los Caídos, que el propio dictador ordenó construir como símbolo de reconciliación tras la Guerra Civil española (1936-1939) y que es también una de las mayores fosas comunes del mundo, con al menos 33.847 enterrados, aunque probablemente sean muchos más.
El conjunto, en las montañas de la Sierra de Guadarrama a unos 55 kilómetros al norte de Madrid, incluye una gran basílica excavada en la roca, una abadía con hospedería regentada por benedictinos, una escolanía, un centro de estudios y una cruz de 150 metros de altura rodeada de enormes esculturas.
El conjunto recibió casi 379 mil visitantes el año pasado, muchos de ellos extranjeros.
Tras la exhumación de Franco y siguiendo la pista de las recomendaciones que en 2011 hizo una Comisión de Expertos sobre el futuro del Valle, el siguiente paso sería trasladar al cementerio del propio recinto al fundador del partido fascista Falange, José Antonio Primo de Rivera, cuya tumba está ahora en un lugar destacado del templo, igual que la de Franco ahora.
También toca la revisión del estatus jurídico de la fundación que gestiona el lugar.
Pero el modo de acometer la "resignificación" aconsejada por los expertos y el sentido último del proceso abre un escenario de ideas no siempre coincidentes, matizadas además por la urgente necesidad de acometer obras en un recinto notablemente deteriorado.
Aunque varios expertos consultados coinciden en que la exhumación de Franco supone un momento clave para el lugar, sus visiones para el futuro son discrepantes.
Para el antropólogo Francisco Ferrándiz, del Centro Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) y uno de los doce expertos de la comisión que redactó el informe de 2011, la propia concepción, iconografía y las circunstancias históricas del Valle de los Caídos lo "anulan" como lugar de reconciliación.
EL VALLE COMO SÍMBOLO RECONCILIATORIO
En cambio, Ramón Jáuregui, exministro socialista de la Presidencia y promotor del informe de 2011, asegura a Efe que el Valle "es el lugar más emblemático para simbolizar el gran pacto" de la reconciliación democrática de España.
Jáuregui apuesta por abrir un "espacio museístico" en el exterior para explicar la Guerra Civil, el papel de los presos políticos en la construcción y el origen del mausoleo, e incluso plantea incorporar muestras del arte republicano en el exilio como sugerencia novedosa.
De cualquier modo, opina que la reforma debería ser tal que habría que cambiar el nombre del recinto. "No puede ser el Valle de los Caídos, tiene que ser otra cosa. Museo de la Memoria, imaginemos", apunta.
Y va más allá: tras lamentar la a su juicio "intolerable" actitud de la comunidad benedictina encabezada por el prior Santiago Cantera, opuesto frontalmente a la exhumación, "abiertamente hostil, franquista", sugiere desacralizar del conjunto.
¿DINAMITAR O RESIGNIFICAR?
Hay propuestas más extremas, como la lanzada en más de una ocasión por el senador de Compromís (izquierda regionalista valenciana) Carles Mulet, quien además de "expulsar" a los benedictinos aboga por "dinamitar" el monumento.
No llega tan lejos el historiador Santos Juliá, cuyo planteamiento consiste en dejar que el reciento se arruine, porque entiende que no es posible dar un nuevo significado a esta construcción.
Ni Ferrándiz ni Jáuregui aprueban esta idea, y el exministro llega a tacharla de "descabellada" y de "disparate", porque desprecia la memoria de las casi 34.000 personas allí enterradas.
Porque el Valle de los Caídos alberga muchas incógnitas, como el número de combatientes republicanos enterrados, y los expertos advierten de que por el modo en que se acumularon los restos, con huesos entremezclados, en muchos casos es imposible una identificación.
Jaúregui lamenta que ha sido imposible lograr el consenso sobre este asunto con los partidos de la derecha española.
"Desgraciadamente, la cuestión de Franco siempre ha sido interpretada por la derecha como algo guerracivilista, cuando justamente es el colofón de la grandeza con la que hicimos la transición democrática", insiste.
CONOCER LA VERDAD Y "REPARAR" A LOS REPUBLICANOS ENTERRADOS
Para el exdirector general de Memoria Histórica Fernando Martínez, ahora senador socialista, se trata de conocer la verdad y lograr justicia y reparación para las víctimas "no reparadas", como las del bando republicano en la Guerra Civil.
"Yo no soy partidario de tirarlo. El franquismo ha existido en España... y hay que explicarlo a las nuevas generaciones para que no vuelva a ocurrir", señala a Efe.
Martínez tampoco concibe el Valle de los Caídos como un "elemento de conciliación" porque, con toda la "simbología" franquista que encierra, sería muy difícil convertirlo en el "monumento de todos".
Por ello propone darle una nueva significación aprovechando las posibilidades de las nuevas tecnologías. En esto coincide Ferrándiz, quien pide aprovechar los recursos digitales para convertir el Valle en una "herramienta pedagógica" que explique el pasado.
Entre tanto, la tarea más inmediata, ya con Franco fuera del Valle de los Caídos, sería el traslado de Primo de Rivera, una operación que todos presumen mucho más fácil y más corta en el tiempo que los ocho años que ha costado llevar al dictador hasta el cementerio de El Pardo.
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