Hepatitis aguda infantil: la incertidumbre del origen y la importancia del diagnóstico
La presencia de adenovirus, una posible relación con el virus de SARS-CoV-2 o una proteína viral en el intestino, son algunas de las líneas de investigación que siguen organizaciones de salud para determinar la causa de esta enfermedad.
Ciudad de México.- Durante las últimas semanas la hepatitis aguda infantil ha sido uno de los temas que más preocupan a las organizaciones de salud a nivel mundial. Hasta el momento todavía se desconocen las causas y orígenes detrás de los numerosos brotes. En ese mismo sentido, la Organización Panamericana de la Salud (OPS) ha señalado que se trata de un padecimiento inusual que no corresponde a ninguna de las hepatitis virales conocidas y que hay pocos datos para definir si se trata de un brote o de una epidemia.
No obstante, el riesgo mundial es considerablemente bajo “y como tampoco hay certeza sobre el origen, existe la posibilidad de que estemos identificando una situación que previamente pasó desapercibida porque los casos eran muy pocos”, refiere el organismo.
Los casos de hepatitis aguda se cuentan por decenas en México a lo largo de las últimas semanas. Hasta el momento se reportan más de 450 a nivel mundial en más de 20 países. Por ello, es importante que los padres, como medida precautoria, incentiven las prácticas de higiene en sus hijos e hijas, además de que sepan detectar señales de alerta para recibir atención médica inmediata”
Afirma el Dr. Roberto Santos, Home Products/Medical Affairs de Kabla, empresa líder en distribución de pruebas diagnósticas.
¿Qué es la hepatitis?
La hepatitis es una inflamación del hígado que puede estar relacionada con intoxicación tanto por medicamentos como por otras sustancias o debido a infecciones. Se le denomina aguda cuando dicha inflamación sucede de manera abrupta y avanza rápidamente.
Algunos de los síntomas más comunes de la hepatitis aguda en niños son fiebre, dolor muscular, dolor abdominal, problemas gastrointestinales, como diarrea o vómito, erupciones cutáneas, pérdida de apetito y malestar general. Uno de los elementos más característicos de esta enfermedad es la ictericia, es decir, la presencia de una coloración amarilla en la piel y los ojos de las personas.
Un panorama incierto y la importancia del diagnóstico
Sobre este padecimiento cuyo primer caso se identificó en Reino Unido, la Organización Mundial para la Salud (OMS) señala que “la información actualmente disponible para la OMS sobre epidemiología, laboratorio y clínica es limitada y hasta el momento no se ha identificado ningún agente etiológico como causante del evento. En muchos casos se ha detectado la presencia de adenovirus en sangre o plasma, pero con cargas virales bajas”.
Para poder tratar y curar una infección, es importante la labor de prevención, así como la realización de pruebas diagnósticas para detectar a tiempo cualquier enfermedad y evitar que haya daños mayores. Sin embargo, hasta el momento, el brote de hepatitis aguda infantil se considera inusual ya que no corresponde a los casos de hepatitis virales conocidas como A,B,C,D y E.
El origen de esta enfermedad todavía tiene un origen desconocido y presenta un cuadro similar al de los otros tipos de hepatitis. Por esta razón es importante realizar distintas pruebas para determinar si el padecimiento corresponde a algunos de los cinco tipos de virus que causan esta enfermedad o si se trata de hepatitis aguda infantil.
“Estos virus pueden ocasionar inflamación en el hígado provocando cáncer, cirrosis e incluso la muerte. En el caso de las variantes B, C y D, la infección puede tornarse crónica. De ahí la importancia de detectar estos cuadros a tiempo, saber a qué nos estamos enfrentando y recibir atención médica inmediata y adecuada”, agrega el especialista de Kabla.
¿Hay tratamiento?
La OPS ha comunicado a través de su guía sobre hepatitis aguda grave infantil que el tratamiento para atender esta enfermedad consiste en aliviar los síntomas y establecer a los pacientes en caso de que el caso sea de gravedad. Como todavía no se conoce el origen, de aquí la importancia de un diagnóstico temprano y así evitar complicaciones, las recomendaciones médicas se ajustarán conforme se sepa más sobre la enfermedad.
Si bien no existe alguna prueba capaz de detectar este padecimiento (ya que no se conoce qué la provoca), es importante realizar distintas pruebas para descartar que la infección esté relacionada con alguno de los otros tipos de virus.
Líneas de investigación
El organismo no descartó que los brotes de hepatitis aguda infantil puedan estar relacionados con infección por adenovirus, es decir, un virus común que ocasiona síntomas respiratorios, vómito o diarrea.
La OPS descartó la relación de esta enfermedad con la vacuna contra Covid-19, ya que la mayoría de los menores infectados no están vacunados. Sin embargo, reiteró que en más de la mitad de los casos se detectó la presencia del virus SARS-CoV-2 y en la mayoría una infección previa por Covid hasta algunos meses antes.
Lo anterior, abrió una investigación multicéntrica en varios países, publicada en la revista médica británica The Lancet hace unos días, en la que se informa que se ha detectado presencia del virus o de una proteína viral en el intestino, aunque la evidencia no es suficiente, es una de las líneas de investigación, además del adenovirus 41F.
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