¿Qué significado tiene el Miércoles de Ceniza para los católicos?
Las cenizas tienen sentido simbólico de muerte y caducidad, pero también de humildad y penitencia.
Tijuana, BC.-Con el Miércoles de Ceniza, este 22 de febrero, inicia oficialmente la Cuaresma, que para la Iglesia católica, marca el comienzo de 40 días que culminan con la Semana Santa.
Este miércoles en específico, se realiza la imposición de la ceniza a los fieles que simbolizan la humildad y la penitencia.
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Este acto sacramental puede ser recibido por parte de un sacerdote o diácono a cualquier persona creyente o no en la fe católica.
Origen de la imposición de la ceniza
Pero, ¿cuál es el origen de este acto? La imposición de la ceniza viene de una antigua tradición hebrea, en la que los judíos se cubrían con ceniza luego de haber cometido un pecado o como preparación para un suceso señalado.
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De acuerdo, con el portal as.com, con esta práctica pretendían acercarse más a Dios a través del arrepentimiento.
Entonces las cenizas tienen sentido simbólico de muerte y caducidad, pero también de humildad y penitencia.
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Significado de la ceniza
Precisamente este significado da pie a las frases tomadas de la Biblia que los sacerdotes, ministros o diáconos dicen al imponer la ceniza a los fieles: “Eres polvo y en polvo te convertirás” (Gn. 3,19) o “Conviértete y cree en el Evangelio” (Mc. 1,15).
Como es tradición, este miércoles el Papa Francisco presidió este rito que abre la Cuaresma, en la antigua basílica de Santa Sabina, en la colina romana del Aventino.
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Papa Francisco encabeza celebración de este 2023
Durante la celebración el pontífice arremetió en su homilía contra el individualismo y la "idolatría del 'yo'" y advirtió de que en la Iglesia "no cuenta lo exterior o los juicios humanos" sino el "amor y la verdad".
"La ceniza que hoy recibimos en la cabeza nos dice que cada presunción de autosuficiencia es falsa y que idolatrar el 'yo' es destructivo y nos encierra en la jaula de la soledad", dijo Francisco, sentado junto al altar de la basílica de Santa Sabina.
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Una actitud que resumió con "mirarse al espejo con la fantasía de ser perfectos o de estar en el centro del mundo".
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