¿Sabes qué sucede en tu cerebro cuando consumes azúcar?
El azúcar causa distintas reacciones en el cerebro que pueden explicar algunos de sus efectos secundarios, como son la adicción a la misma.
CIUDAD DE MÉXICO.- El azúcar tiene el potencial de ser realmente adictiva. Si no nos crees, basta con que te mencionemos algunos deliciosos postres como una galleta con chocolate, una malteada de vainilla, un pan dulce caliente, un pastel de red velvet, un helado en un cono o unos dulces duros. Seguramente sentiste deseo por probar alguno de ellos ¿cierto?
Este efecto en el cerebro está íntimamente relacionado con la sensación de adicción que provoca el azúcar y que es muy difícil de escapar. Pero, ¿a qué se debe esto? Habría que empezar por definir qué es en realidad el azúcar.
Azúcar casi omnipresente
Azúcar es el término genérico para denominar a distintos tipos de moléculas llamadas carbohidratos que se encuentran en múltiples alimentos y bebidas. Por ejemplo, glucosa, fructosa, sacarosa, maltosa, lactosa y varios otros casos son todas formas de azúcar que podrás encontrar de manera cotidiana como parte de los ingredientes de algunos de los productos que consumes.
¿Te has fijado en cuántos de los productos que tienes en tu despensa los contienen? Si haces el ejercicio te llevarás la sorpresa de que el azúcar está todo el tiempo presente en lo que comemos y bebemos y en cantidades que pueden ser muy impresionantes.
Por eso algunos estudios incluso han lanzado imágenes de cómo se vería en cubos de azúcar la cantidad de esta sustancia que contienen algunos alimentos y bebidas y el resultado te hará replantearte tu relación con ella. El yogurt, la salsa de tomate, el agua de sabor, las barras de granola y otros cientos de productos también la contienen y vuelven este tema algo fundamental.
¿Cómo funciona el azúcar en nuestro cerebro?
Sin embargo, pese a que es una parte inevitable de nuestra dieta diaria (aunque sí existen opciones para lograr una dieta libre de azúcar) y a que sus efectos en el cuerpo pueden no siempre ser tan positivos, pocas veces sabemos cómo es que el azúcar funciona en verdad en nuestro cerebro.
El proceso y los cambios en el cuerpo cada vez que consumimos azúcar comienzan en la lengua. Ahí se activan los receptores de los sabores dulces, los cuales envían una señal al cerebro que se esparce por distintas áreas del mismo, incluyendo la corteza cerebral. En la corteza cerebral se procesan distintos sabores en distintas áreas, lo amargo, lo salado y lo dulce son algunas de las posibilidades.
Cuando la zona de la corteza cerebral vinculada a los sabores dulces es estimulada, el cerebro emite una reacción vinculada con la recompensa. Este proceso, aunque es bastante complejo si se mira con atención, tiene una finalidad relativamente simple: responder a la pregunta sobre si deberíamos volver a hacer lo que sea que acabamos de hacer. Cuando consumimos alimentos o bebidas con azúcar, es indiscutible que la respuesta del cerebro a esta pregunta es “sí, por favor”. Por eso se siente tan bien consumir azúcar.
Este tipo de reacciones en el cerebro no solo ocurren cuando comemos o bebemos azúcar, también pueden ser consecuencia de un encuentro sexual, pues ya sabemos que tener sexo ayuda a liberar endorfinas y oxitocina, o cuando hacemos nuevos amigos o consumimos drogas. Todos estos son estímulos que ayudan a activar el sistema de recompensas del cerebro.
Las malas noticias
¿La mala noticia? Entre más consumimos este tipo de estímulos, más los necesitará nuestro cuerpo para sentirse bien, incluso en cantidades mayores. Y es que el cerebro comenzará a solicitar cada vez más de estos estímulos para lograr levantar la sensación de bienestar mediante dopamina, por ejemplo, provocando una adicción. Y, aunque de manera menos violenta que las drogas, el azúcar también provoca que se libere dopamina, por lo que su consumo en grandes cantidades o con mucha frecuencia puede eventualmente derivar en una adicción. Y ahora ya sabes por qué.
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