¿Se puede ser mujer (de entre 35 y 40) y no estar estresada por la maternidad?
El concepto de "estresor maternal" se introduce, describiéndolo como una amenaza psicológica asociada con ser madre o no serlo.
ESPAÑA.-María J. García-Rubio, codirectora de la Cátedra VIU-NED de Neurociencia global, aborda la complejidad y las tensiones asociadas con la maternidad en la sociedad contemporánea, destacando el estrés como un factor significativo tanto para las mujeres que eligen ser madres como para aquellas que optan por no serlo.
García-Rubio propone una reflexión personal mediante una prueba simple: contar y analizar las interacciones diarias con mujeres, prestando atención a los comentarios sobre la maternidad.
Destaca la discrepancia entre la biología y la realidad social en cuanto a los tiempos fértiles y la toma de decisiones sobre la maternidad.
¿Por qué retrasan el convertirse en madre?
La imposición temporal, unida a la incertidumbre económica, genera altos niveles de estrés, particularmente entre los 35 y los 45 años, lo que lleva al retraso justificado de la maternidad, según un estudio reciente.
El concepto de "estresor maternal" se introduce, describiéndolo como una amenaza psicológica asociada con ser madre o no serlo, afectando tanto a las que tienen hijos como a las que no.
Además, la experta aborda la falta de realismo en las representaciones sociales de la maternidad, evidenciando los desafíos del posparto que a menudo se pasan por alto en las redes sociales.
La propuesta de realizar un proceso de duelo para las mujeres que son madres por primera vez busca ayudarlas a adaptarse a los cambios físicos y mentales. Enfatiza la importancia de reinventarse y combinar diferentes roles para lograr una vida equilibrada.
La otra cara del estrés maternal se explora al abordar la decisión de no ser madre, subrayando la presión social y los posibles juicios.
La evolución de los conceptos tradicionales de familia se presenta como un factor positivo, aunque se destaca la necesidad de trabajar en los esquemas cognitivos y creencias de las mujeres que eligen no ser madres.
En última instancia, se aboga por un enfoque psicológico que fomente la aceptación de las decisiones individuales sobre la maternidad, sin juicios, con la esperanza de que esta actitud libre de prejuicios pueda catalizar un cambio social significativo en torno a la maternidad.
Artículo original publicado en The Conversation
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