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Así fue como nació Winnie the Pooh

No hay dudas de que Winnie the Pooh es un símbolo de la infancia de muchos, este icono de Disney ha conquistado el corazón del mundo entero.



Pero lo que muchos no saben es que el dibujo animado se basa en una historia real que vivió el escritor original de las historias, Alan Alexander Milne y su hijo, Cristopher Robin Milne.



Todo comenzó en 1914, Primera Guerra Mundial, cuando la osa Winniepeg fue hallada por Harry Colebourn, el veterinario del ejército británico, provenía de Canadá y se crió en medio de la guerra, entre soldados.



Colebourn se encariñó tanto con ella, y viceversa, que decidió llevársela con él. Pero luego, consciente de que los enfrentamientos seguían y no podía hacerse cargo del animal, donó a Winnie al zoológico de Londres y ese fue el comienzo de la dulce historia entre la osa y Cristopher Robin.



La crianza de la osa, y su buena relación con los humanos la hicieron muy popular en el zoológico, además de adaptarse muy bien al entorno y hacer sus gracias cada vez que las personas se acercaban a ella, Winnie entabló una relación muy especial con el pequeño Cristopher Robin, cada vez que lo veía quería llamar su atención y hacía lo que sea para lograrlo.



Tenían tan buena relación que el pequeño le cambió el nombre a su oso de peluche favorito, al que llamó Winnie, cada vez que volvía del zoológico, el niño creaba maravillosas historias, producto de su imaginación, con Winnie como protagonista y sus otros juguetes, amigos del oso en su mente: Piglet, Tigger, Kanga, Ígor, a quienes conocemos como sus compañeros en el dibujo animado.



Mientras tanto su padre, Alexander Milne, quien no encontraba inspiración para sus obras literarias, y no tuvo mejor idea que tomar las ideas de su hijo para crear miles de historias con el oso como centro de todo.



Así fue como nacieron las aventuras de Winnie the Pooh, sus amigos y el niño en el Bosque de los Cien Acres.



Cuando el mundo supo que el niño era el protagonista junto al oso, no solo el éxito y las miradas de admiración lo rodearon: el chico recibió burlas de todo tipo por sus grandes ocurrencias.



Cristopher Robin, el de la vida real, la pasó tan mal que se enojó mucho con su padre por haber sacado a la luz algo tan privado y lindo para él, que acabó transformándose en un aspecto odiado de su vida.



Si bien la historia no tuvo un final feliz para el chico, las ideas que le dieron vida al oso más adorable de Disney son muy tiernas, y la relación tan bonita que el pequeño tuvo con la osa Winnie quedará plasmada de por vida en las historias del oso anaranjado que todos conocemos.



¿Lo sabías?



Con información de

VIX.COM


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