Rata a la brasa, el aperitivo que gana popularidad en Camboya
Quienes consumen su carne, aseguran que el animal está limpio y tiene un sabor parecido al pollo o cerdo.
Decenas de ratas de campo son asadas sobre las parrillas de los puestos de comida en la provincia rural de Battambang, en Camboya, Asia, según un informe de AFP replicado por varios medios internacionales.
Este polémico platillo es cada vez más popular en las carreteras del oeste de Camboya, donde decenas de roedores son cocinados a las brasas por día. Quienes consumen su carne, aseguran que el animal está limpio y tiene un sabor parecido al pollo o cerdo.
Ma Lis, dueña de un puesto al costado de la carretera hace más de 10 años, contó al mismo sitio que en sus comienzos solo lograba vender un par de kilos de roedores al día.
Las ratas son condimentadas y asadas como brochetas sobre el calor de las brasas. Actualmente, se puede llegar a vender unos 20 kilos diarios, lo que equivale a 60 roedores grandes. De todas maneras, ese número asciende considerablemente en eventos festivos, llegando a vender hasta 60 kilos en un día.
Cada brocheta se vende por entre 0.25 y 1.25 dólares, dependiendo del tamaño del animal. Las ratas son recolectadas por cazadores de la zona, quienes todas las tardes colocan trampas de bambú en los arrozales de los alrededores y a la mañana siguiente ofrecen su captura a los vendedores locales.
Este polémico aperitvo tomó notoriedad bajo el régimen de los Jemeres Rojos (1975-1979), cuando las ratas eran consideradas, entre las ranas, las tarántulas y otros insectos, como un alimento de supervivencia en un país que pasaba hambre.
Tras la caída de ese régimen ultramaoísta, este platillo se fue dejando de lado por los pobladores, sin embargo, actualmente han vuelto a ganar popularidad.
Un estudio de la Universidad Nacional de Colombia indicó que si bien la carne de rata tiene un alto nivel nutritivo, no hay que confundir la rata de campo, con la rata de alcantarilla o de ciudad.
Ambas poseen una alimentación sumamente diferente, según destacó Manuel de Jesús Macías Patiño, exfuncionario de la Semarnat, recogido por el periódico mexicano El Debate.
La rata de campo tiene una dieta basada en semillas y plantas, mientras que la de alcantarilla come desperdicios, por lo que su carne está contaminada y es perjudicial para la salud.
Rentokil Initial, una empresa española dedicada al control de plagas, señala que los roedores de alcantarilla son capaces de transmitir diversas enfermedades a humanos, desde bacterias y virus, hasta parásitos y vectores, como pulgas, garrapatas, piojos y ácaros.
De hecho, según el mismo sitio, los roedores han provocado más muertes que todas las guerras de los últimos 1.000 años.
Con información de bles.com