MÉXICO.- Los “changuitos”, gestos hechos con las manos que se asemejan a pequeños monitos, han intrigado a muchas generaciones, tejiendo un hilo entre el folclore y la superstición. Su origen se encuentra arraigado en creencias ancestrales transmitidas de generación en generación.

El gesto de cruzar los dedos, aunque comúnmente asociado con la esperanza y buena suerte, tiene sus raíces en la tradición cristiana. Este acto, utilizado como invocación al poder simbolizado por la crucifixión de Jesucristo, encontraba especial relevancia en tiempos de persecución a los fieles antes del año 313 d.C.

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Una seña de identificación.

También se cree que, en aquella época, para reconocerse entre cristianos, se crearon ciertas señales silenciosas con las manos, y una de ellas era “hacer changuitos” con la mano, por representar la cruz.

Poco a poco, al gesto le atribuyeron nuevos significados, y la gente comenzó a “pedir deseos” de una manera solemne al hacer este gesto. Aunque no hay explicaciones precisas sobre cómo luego esta señal se transformó en un gesto para atraer la suerte, es usual que este tipo de símbolos se adapten y cambien con el paso del tiempo.

A pesar de estos orígenes diversos, la tradición de hacer “changuitos” se ha mantenido viva a través de los siglos, siendo perpetuada por cuentos populares, canciones y rituales familiares, especialmente arraigados en países de América Latina.

Muchas personas, actualmente, piensan que hacer changuitos antes de situaciones importantes, como exámenes o entrevistas de trabajo, puede atraer resultados positivos. Además, se consideran gestos protectores contra la envidia y las malas energías, en sintonía con otras prácticas como tocar madera o cruzar los dedos.