El desmogue: proceso en el que las astas de los ciervos se caen una vez cada año
Así se ve un ciervo una vez que sus astas se le han “caído”, como es usual en estos animales cada año.
MÉXICO.- Los ciervos, animales notables que habitan en nuestros bosques, experimentan anualmente un proceso intrigante pero poco entendido: la muda de sus astas. Contrario a la percepción común, este cambio no conlleva dolor para estas criaturas.
Las astas, proyecciones óseas que se desarrollan desde la cabeza de los ciervos machos, siguen un ciclo de vida que termina con su desprendimiento.
Este ciclo comienza con un periodo de crecimiento, durante el cual las astas están cubiertas por una piel aterciopelada que las nutre mediante una red de vasos sanguíneos.
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La caída de las astas.
Con el transcurso de los meses, las astas se solidifican y la piel que las recubre se seca y cae, en un proceso conocido como “desmogue”.
Una vez que las astas están completamente formadas y endurecidas, están listas para ser utilizadas durante la temporada de apareamiento, como una demostración de virilidad y un arma en las confrontaciones con otros machos.
Al finalizar la temporada de apareamiento, los ciervos ya no requieren de sus imponentes astas. Es entonces cuando la naturaleza interviene nuevamente, y los ciervos comienzan a reabsorber el calcio en la base de las astas, debilitando la unión con el cráneo.
Este proceso es indoloro y culmina con la caída natural de las astas, dejando espacio para que un nuevo par comience a crecer y el ciclo se repita.