Desventajas de ser una persona inteligente, según estudio científico
Cómo la perseverancia y la disciplina pueden transformar el talento en éxito
MÉXICO.- Tim es un niño muy inteligente y creativo. Su papá, su mamá, sus maestros y, en realidad, todo el mundo tienen grandes expectativas para él.
Él mismo está convencido de que será grande, rico y exitoso porque es muy listo. Lo triste es que, desafortunadamente, Tim nunca será exitoso.
No solo no será exitoso, sino que nunca logrará nada en su vida. Siempre será mantenido por papá y mamá, y la peor parte es que con los años cada vez se va a sentir más culpable, deprimido y enojado con la vida.
Una cosa es no ser muy listo y no lograr mucho, pero otra muy diferente y mucho más dolorosa es saber que tienes talento, que eres creativo, que tienes una inteligencia privilegiada y que aún así, de alguna forma, lograste desperdiciar tu vida. Eso duele.
Imaginemos ahora a Luca, su compañero de clase, que está en una situación muy similar. Es más o menos igual de inteligente, creativo y talentoso, y principalmente tiene el mismo defecto que llevará a la ruina a Tim: es común entre la gente inteligente.
Tienen buenas ideas, se emocionan, pero nunca logran progreso porque no tienen la habilidad de terminar nada. Cambian de proyecto cada tercer día.
Sin embargo, Luca es un niño con suerte. A diferencia de Tim, él sí será brutalmente exitoso porque desde niño sus papás inculcaron en él el antídoto: una simple regla que tiene las cinco ventajas que hicieron la vida de Luca tan diferente de la de Tim. Esta es la regla de los cien días.
Expliquémoslo con un ejemplo. Luca y sus compañeros tienen una hora al día para hacer lo que quieran: armar rompecabezas, jugar con plastilina, pintar. A Luca le gusta dibujar y quiere volverse bueno en ello.
Entonces, su papá le dice: “Durante los próximos 100 días, cada día, durante esa hora específica y con estos materiales específicos, quiero que dibujes la misma cosa.
Me gusta dibujar ojos, que sean ojos.” Luca acepta, y lo que pasa después de cien días es que Luca se vuelve excelente dibujando ojos y el mejor dibujante del salón.
Pero no es dibujar ojos lo que cambia su vida, sino entender las cinco ventajas:
- Tomar acción es fácil cuando todas las decisiones ya están tomadas. Luca no tiene que decidir qué va a hacer, sabe que va a dibujar un ojo con estos materiales. Tim, en cambio, pierde mucho tiempo decidiendo qué va a hacer hoy, pensando y pensando, y muchas veces termina haciendo nada.
- Primero necesitas tomar acción antes de sentir motivación. Si un día Luca no tiene muchas ganas de dibujar, se resigna, pone la música que le gusta, se hace su café favorito y se pone a dibujar. Quince minutos después se da cuenta de que lo está disfrutando.
- Para producir calidad necesitas enfocarte en producir cantidad. Proponerse dibujar mil ojos sin estresarse por la calidad y luego escoger el mejor. Al quitarse la presión de tener que hacerlo bien, lo disfruta más.
- Ver progreso claro y sólido en una sola cosa es mucho más motivante. Si Luca dibuja ojos todos los días, su habilidad mejora muchísimo. Después de cien días, puede decirse a sí mismo que es muy bueno dibujando ojos. Tim, en cambio, no ve progreso en nada y se siente igual que al principio.
- Trabajar cien días seguidos en un solo proyecto hace mucho menos probable que lo abandones. La gente inteligente y creativa, como Tim, a menudo no logran nada porque tienen muchas ideas pero cambian de proyecto constantemente.
No se trata de dibujar ojos, sino de encontrar tu propio reto de 100 días. Con perseverancia y enfoque, se puede transformar el talento en éxito real.