Descubre cómo las cucarachas conquistaron el mundo
A través del análisis genómico de 281 cucarachas de diversos lugares del planeta, los científicos han trazado su sorprendente ascenso y propagación.
Un estudio reciente ha desentrañado el fascinante viaje evolutivo de la cucaracha alemana, revelando cómo esta especie de insecto ha pasado de ser prácticamente desconocida en Europa a convertirse en una plaga mundial. A través del análisis genómico de 281 cucarachas de diversos lugares del planeta, los científicos han trazado su sorprendente ascenso y propagación.
Se cree que la cucaracha alemana evolucionó hace unos 2100 años a partir de su pariente cercano, la cucaracha asiática, en lo que hoy es India y Myanmar. A medida que los humanos avanzaban y se establecían, las cucarachas alemanas encontraron un nicho en la sombra de la civilización. Su migración hacia Oriente Medio hace unos 1200 años coincide con el auge de los imperios islámicos omeya y abasí, y posteriormente llegaron a Europa y al resto del mundo hace unos 390 años, impulsadas por las actividades coloniales y mejoras en el transporte y el comercio.
A pesar de no poseer alas para volar, las cucarachas alemanas han viajado gracias a los barcos y medios de transporte humanos, extendiéndose por todo el mundo. Sin embargo, su éxito no se debe solo a la suerte, sino a su increíble capacidad de adaptación y evolución. Esta capacidad les ha permitido sobrevivir y prosperar incluso frente a los esfuerzos humanos por controlarlas.
El estudio también revela la estrecha relación genética entre las cucarachas alemanas y las actividades humanas. Por ejemplo, las poblaciones de cucarachas en Singapur y Australia están más emparentadas con las de Estados Unidos que con las de Indonesia, lo que refleja la historia de las relaciones comerciales y coloniales entre estos países.
En cuanto a su resistencia, las cucarachas alemanas superan a otras especies debido a su rápida reproducción y capacidad para desarrollar resistencia a los pesticidas. Estos insectos pueden adaptarse incluso a los intentos humanos de controlarlos, lo que plantea desafíos significativos para su erradicación.
Con información de Natgeo.