¿Qué pasaría si los megalodones no se hubieran extinguido? Estudio lo explica
Esta bestia antigua es un tiburón y se llama megalodón. Y si nunca se hubiera extinguido, tendría un impacto increíblemente grande en nuestras vidas
MÉXICO.- ¿Te lanzarías a una aventura en el océano si supieras que esta criatura podría estar acechando muy cerca de ti? Tiene el doble del tamaño de un Tiranosaurio Rex.
Sus mandíbulas son lo suficientemente grandes como para aplastar un auto. Esta bestia antigua es un tiburón y se llama megalodón. Y si nunca se hubiera extinguido, tendría un impacto increíblemente grande en nuestras vidas.
Por años, han surgido reportes de avistamientos de megalodones en internet. En muchos de ellos aseguran que estos tiburones gigantes nunca se extinguieron y que se han estado escondiendo en la parte más profunda del océano: la fosa de las Marianas.
Bueno, no puedes bajar hasta allí para comprobarlo, pero los científicos dicen que hay evidencia más que suficiente para desacreditar lo que afirman estas cuentas en la red.
Si los megalodones aún estuvieran entre nosotros, definitivamente lo sabríamos y nuestros océanos serían mucho más peligrosos.
Y aquí les explicamos por qué los megalodones no se han estado escondiendo de nosotros durante todo este tiempo. Para empezar, si estos tiburones siguieran merodeando en nuestros océanos, ¡el último lugar al que irían sería la fosa de las Marianas!
Los megalodones eran animales marinos de aguas tibias, por lo que las gélidas temperaturas de la fosa de las Marianas no les permitirían sobrevivir.
Además, si estos enormes tiburones siguieran existiendo, veríamos las inmensas marcas de sus mordidas en otros grandes animales marinos. Lo más probable es que ya hubiéramos encontrado al menos restos o un esqueleto de megalodón, pero eso no ha sucedido.
Lo único que hemos encontrado de estos monstruos prehistóricos es sus dientes, ¡y hemos encontrado muchos! Los dientes de megalodón son fáciles de encontrar porque dejaron toneladas de ellos.
A diferencia de los humanos, que sólo producen dientes durante las primeras etapas de la vida, en los tiburones crecen nuevos dientes a lo largo de toda su vida y los mudan cada dos semanas.
Los dientes de megalodón quedaban en el fondo del océano, donde probablemente terminaban fosilizados. La mayoría de los megalodones producían unos 40.000 dientes en su vida. Son muchos los restos que nos quedan por descubrir.
Ya que nunca hemos encontrado un megalodón intacto, todavía desconocemos mucho de él, pero sí hemos podido averiguar algunas cosas.
Los megalodones aparecieron por primera vez hace cerca de 16 millones de años y pertenecían a un grupo de depredadores dominantes en el océano.
Con un tamaño de entre 10 y 18 metros, estas bestias gigantes se alimentaban de cualquier cosa, desde peces hasta delfines e, incluso, ¡ballenas! Hace unos dos millones de años desaparecieron de la faz de la Tierra y los científicos no están seguros de por qué lo hicieron.
Según una teoría, se extinguieron por la disminución de las fuentes de alimento y por una mayor competencia por comida.
Una teoría aún más intrigante señala que los megalodones simplemente no pudieron adaptarse a las bajas temperaturas del océano y sus presas siguieron moviéndose a aguas más frías para escapar de ellos.
Sin importar por qué se extinguieron, no puedes evitar imaginar lo diferentes que serían nuestros océanos hoy en día, si estos tiburones hubieran sobrevivido.
Se estima que un solo megalodón comía unos 1.100 kilogramos de comida diariamente. Si todavía estuvieran entre nosotros comiendo a este ritmo, apenas quedaría suficiente pescado en el océano para nuestro consumo.
Y este no sería el único problema para la industria pesquera. También podríamos ver megalodones persiguiendo barcos de pesca para robar peces y ballenas capturadas en el mar.
Con el aumento de las temperaturas oceánicas, los megalodones estarían reproduciéndose y creciendo en número, lo que haría que hubiera cada vez más de estos gigantes en el agua.
Esto causaría problemas en las operaciones marítimas, en los cruceros e, incluso, en las playas que visitas. Los megalodones nacieron en aguas cálidas y poco profundas, por lo que un simple chapuzón en el mar podría llegar a ser muy peligroso.
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