El Templo de la Humanidad: Un asombroso santuario subterráneo en los Alpes Italianos
En 1979, en los Alpes italianos comenzó una misión secreta: excavar en la montaña durante la noche para construir el templo subterráneo más grande del mundo.
En 1979, una incipiente comunidad de 28 personas en los Alpes italianos comenzó una misión secreta: excavar en la montaña durante la noche para construir el templo subterráneo más grande del mundo. Después de años de arduo trabajo, lograron su objetivo, creando una impresionante estructura compuesta por nueve templos ornamentados, distribuidos en cinco niveles y conectados por cientos de metros de túneles. Estos templos, conocidos como los Templos de la Humanidad, narran la historia de la humanidad a través de diversas formas de arte.
“Hoy es el centro de una realidad, el centro histórico de Damanhur, la capital de la federación internacional con cinco comunidades, 1.500 personas en todo el mundo”, declaró Barys Elleboro, embajador de Damanhur, a BBC. La ecoaldea y comunidad espiritual, situada a 50 kilómetros al norte de Turín, fue fundada por Oberto Airaudi, también conocido como Falco Tarassacose, un hombre venerado por sus discípulos como una figura extraordinaria con una misión mágica para salvar la Tierra.
Durante sus primeros años, los damanhurianos realizaron experimentos de viajes en el tiempo con “cabinas de viaje” que permitían a los iluminados convertirse en “temponautas”. Falco afirmaba haber venido del futuro, regresando para salvar a la humanidad y habiendo fundado la mítica Atlántida en el pasado.
“Damanhur es único en el mundo”, explicó Stephania Palisano, profesora de Sociología de la Religión en la Universidad de Turín. La comunidad ha desarrollado su propia forma filosófica de vida, siguiendo la visión de Falco de construir templos para albergar “tecnologías mágicas”. Los nombres de los discípulos reflejan la tradición de adoptar nombres de animales y plantas, como Antílope Verbena de la Academia Damanhur, quien recuerda sus primeros días en la comunidad como un desafío transformador.
Durante los primeros 15 años, la construcción de los templos se mantuvo en secreto debido a la falta de leyes que permitieran estructuras subterráneas privadas y el temor al rechazo en un país predominantemente católico. Trabajando en silencio, la comunidad expandió su visión utópica y adquirió más propiedades, estableciendo pequeñas empresas cooperativas para satisfacer sus necesidades y sostenerse económicamente.
El secreto fue revelado en 1992, cuando el estado allanó Damanhur y amenazó con dinamitar la ladera si no mostraban los templos. Obligados a revelar su obra, Falco y sus colegas abrieron la puerta secreta, sorprendiendo a las autoridades con la magnificencia de su creación. “Era absolutamente imposible siquiera pensar o imaginar que un mundo increíble e inimaginable pudiera abrirse detrás de una puerta de madera tan anónima”, señaló Verbena.
El fiscal, impresionado por la belleza y sabiduría de los templos, permitió que continuaran con su obra de arte, aunque prohibió la construcción de nuevas cámaras. Tras una batalla política y legal, en 1996 se autorizó oficialmente la preservación y reapertura de la catedral subterránea.
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“Recolectamos cien mil firmas para ayudar a salvar los templos”, dijo Esperide Ananas, autora del libro “Damanhur: Templos de la Humanidad”. Los templos, descritos como un himno a la humanidad por Elleboro, representan una enciclopedia de la espiritualidad humana, reflejando la interacción del ser humano con el entorno, el tiempo, la vida y la muerte .