La idea de felicidad de los Aztecas y su relevancia para hoy
Un refrán azteca dice: “Resbaladiza, escurridiza es la tierra”, lo que simboliza la inevitabilidad de los errores humanos.
En un reportaje presentado por la BBC, se explora la filosofía de vida de los aztecas y cómo su concepto de felicidad difiere significativamente de las ideas contemporáneas.
Según los tlamatinime, los filósofos aztecas, la felicidad no era el objetivo principal de una vida buena. En lugar de buscar la felicidad individual, los aztecas valoraban más la conexión con la comunidad y el entorno.
El imperio azteca, que floreció en el centro y sur de México entre los siglos XV y XVI, dejó un legado filosófico capturado en textos históricos preservados por misioneros españoles como el Códice Florentino.
La felicidad y la comunidad
Estos textos revelan que para los aztecas, la vida buena no se centraba en la perfección individual sino en la interdependencia comunitaria. Los aztecas creían que nadie es perfecto y que todos necesitan el apoyo mutuo para superar los desafíos de la vida.
Un refrán azteca dice: “Resbaladiza, escurridiza es la tierra”, lo que simboliza la inevitabilidad de los errores humanos.
Para ellos, la clave no era buscar una felicidad pasajera sino esforzarse por una vida significativa, arraigada en la comunidad y en la verdad, concepto que ellos llamaban “Neltiliztli”.
Este arraigo implicaba una vida equilibrada y conectada con los demás, y también con la naturaleza, representada por la deidad “Teotl”.
Además de valorar la comunidad, los aztecas enfatizaban la importancia de cuidar el cuerpo y la mente a través de ejercicios físicos y prácticas que se asemejan al yoga moderno.
La filosofía azteca ofrece una perspectiva valiosa para la vida contemporánea, recordándonos la importancia de la humildad, la interdependencia y el cuidado de nuestra conexión con los demás y con el entorno natural para una vida plena y significativa.