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¿Cómo transformó la moda masculina el siglo XIV en Europa?

Un elemento distintivo de esta nueva moda fueron los zapatos poulaines, famosos por sus puntas exageradamente largas.

¿Cómo transformó la moda masculina el siglo XIV en Europa?

La moda masculina en la Europa del siglo XIV experimentó una transformación radical que dejó atrás las túnicas holgadas y amorfas para dar paso a estilos más ceñidos y conscientes del cuerpo. Este cambio no solo reveló la silueta masculina, sino que también es considerado por muchos historiadores como el nacimiento de la moda occidental moderna.

Durante este período, la alta costura masculina desató una verdadera revolución en la moda. Los hombres de la aristocracia y los ricos mercaderes comenzaron a lucir looks más ajustados: jubones cortos y entallados, calzas de lana de colores vivos y capuchas elaboradas con colas colgantes. Los pantalones largos, conocidos como calzas, ahora exhibían las piernas de los hombres, anteriormente ocultas bajo túnicas largas.

Un elemento distintivo de esta nueva moda fueron los zapatos poulaines, famosos por sus puntas exageradamente largas. La moda alcanzó su apogeo en la corte de Borgoña a mediados del siglo XV, bajo el reinado de Felipe el Bueno, cuya corte era renombrada por su elegancia y buen gusto.

La confección de prendas también evolucionó significativamente. Antes del siglo XIV, la ropa se elaboraba en telares rectangulares que producían telas grandes y cuadradas. Sin embargo, con la llegada de técnicas de confección más sofisticadas, las prendas comenzaron a hacerse con piezas de tela más pequeñas y separadas, lo que permitió una mayor construcción y variedad en el diseño. Este cambio marcó el inicio de una relación más cercana entre la ropa y su portador, ya que las prendas empezaron a confeccionarse a la medida del cuerpo.

La década de 1330 fue crucial para este cambio. Una clase mercantil emergente buscaba el reconocimiento social, y los aristócratas desarrollaban gradaciones de estatus para distinguirse tanto de otros aristócratas como de la clase mercantil en ascenso. Estas guerras de estatus se expresaban a través de la moda, con sastres muy solicitados y demasiado caros para las clases bajas.

A pesar del entusiasmo por la nueva moda, no todos estaban complacidos. Los cronistas de la época, como el autor de The Westminster Chronicle y Jean de Venette, criticaban la ropa corta y ajustada por ser indecente y ridícula. Sin embargo, estas críticas no detuvieron la evolución de la moda masculina.

En la corte de Felipe el Bueno, las siluetas de las prendas masculinas se volvieron aún más exageradas, con cinturas ceñidas y hombros anchos. La moda femenina también experimentó cambios, aunque menos drásticos. Las mujeres borgoñonas llevaban vestidos largos y tocados elaborados conocidos como hennins, que añadían altura y acentuaban la frente.

El gasto excesivo en moda llevó a la implementación de leyes suntuarias en toda Europa occidental, destinadas a regular qué ropa podía llevar quién. Estas leyes, aunque rara vez se aplicaban fuera de Italia, intentaban frenar el gasto y mantener las distinciones de clase.

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La revolución de la moda masculina en la Edad Media no solo redefinió la vestimenta de la época, sino que también sentó las bases para la moda moderna, con cambios rápidos y una creciente comercialización que aún perduran en la actualidad.

Con información de Natgeo.

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