Los gigantes helados del Sistema Solar: Urano y Neptuno en el límite del frío
La NASA indica que la temperatura media en Neptuno es de -218 °C, aún más fría que Urano.
Situados a miles de millones de kilómetros del Sol, Urano y Neptuno, conocidos como los gigantes helados, comparten muchas similitudes y han fascinado a los astrónomos desde sus respectivos descubrimientos en 1781 y 1846. Este artículo explora las características más notables de estos planetas: sus temperaturas extremas, inclinaciones únicas y atmósferas cambiantes.
Urano: El séptimo planeta del Sistema Solar
Ubicado a más de 2800 millones de kilómetros del Sol, Urano es uno de los planetas más fríos del Sistema Solar. Descubierto por William Herschel en 1781, este gigante helado ha intrigado a los científicos durante siglos. Según la Agencia Espacial Europea (ESA), la temperatura de Urano puede descender hasta los -214 °C, una de las más bajas registradas en el Sistema Solar.
Una de las características más notables de Urano es su inclinación axial extrema, que lo hace girar casi de lado en relación con su órbita. Esto provoca estaciones extremas en sus polos, con veranos e inviernos que duran 21 años cada uno. Durante una cuarta parte de su año, el Sol brilla directamente sobre cada polo, sumiendo a la otra mitad del planeta en una oscura y larga noche invernal.
Neptuno: El octavo planeta del Sistema Solar
A una distancia promedio de 4506 millones de kilómetros del Sol, Neptuno también es un gigante helado con temperaturas extremadamente bajas. La atmósfera de Neptuno es densa y está cubierta por nubes que cambian constantemente, girando alrededor del planeta. La NASA indica que la temperatura media en Neptuno es de -218 °C, aún más fría que Urano.
Lo que sorprende a los científicos es que, a pesar de estar a diferentes distancias del Sol, Urano y Neptuno presentan temperaturas similares. Este misterio sigue siendo objeto de estudio, ya que se espera que la mayor distancia de Neptuno respecto al Sol resultara en temperaturas significativamente más bajas en comparación con Urano.
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Desde los confines del Sistema Solar, Urano y Neptuno destacan no solo por sus gélidas condiciones, sino también por las fascinantes características que continúan asombrando a los astrónomos. A medida que las misiones espaciales, como las gestionadas por el Laboratorio de Propulsión a Chorro de la NASA, nos proporcionan más imágenes y datos, seguimos aprendiendo sobre estos enigmáticos gigantes helados que desafían nuestras expectativas y conocimientos actuales.
Con información de Natgeo.