Cuando la justicia peluda habla: La revancha de Charlie Wilson a un político despiadado

MÉXICO.- En 1946, el joven Charlie Wilson, de apenas 13 años, regresaba del colegio cuando hizo un desgarrador descubrimiento en el patio de su casa: su perro yacía muerto.

Según relatos, alguien había alimentado al animal con trozos de vidrio. La sospecha de Charlie apuntó de inmediato hacia su vecino, Charles Hazard, un político local conocido por su animadversión hacia el perro, que frecuentemente merodeaba por su jardín.

Enfurecido, Charlie Wilson decidió tomar represalias de manera drástica: incendió las amadas plantas del jardín de Hazard. Sin embargo, el joven sintió la necesidad de infligir un daño aún mayor.

Conocedor de que era año electoral y su vecino se postulaba como candidato, Charlie aprovechó el vehículo de sus padres para ofrecerse como conductor y llevar a la gente a votar.

Lo curioso

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“No es por influir en tu voto, pero Charles envenenó a mi perro”, decía Charlie Wilson a cada uno de los votantes que transportaba.

Este acto no pasó desapercibido: Charlie logró que 96 personas ejercieran su derecho al voto ese día, lo que resultó en la derrota de Charles Hazard por tan solo 16 votos.

El resultado fue impactante: Hazard perdió su puesto político y Charlie Wilson se convirtió en un héroe para muchos.

Posteriormente, Charlie siguió una carrera en la política, sirviendo 12 periodos como congresista popular, aunque no estuvo exento de controversias.

Este incidente no solo marcó la vida de Charlie Wilson, sino que también dejó una lección sobre la fuerza de la determinación y el ingenio juvenil frente a la injusticia.