Aral: El mar que se convirtió en desierto
La desaparición del Mar de Aral ha tenido consecuencias devastadoras para las comunidades locales.
El canal de YouTube “Paraísos en Asia” nos presenta un documental sobre el Mar de Aral, una historia de transformación devastadora de uno de los lagos más grandes del mundo en un vasto desierto, y las consecuencias catastróficas para las regiones de Uzbekistán y Kazajistán.
Uzbekistán, conocido por sus históricas ciudades en la ruta de la seda, es uno de los dos únicos países en el mundo sin salida al mar ni fronteras con países que tengan salida al mar. Sin embargo, hasta hace unas décadas, Uzbekistán tenía costas en el Mar de Aral, un vasto cuerpo de agua del tamaño de Irlanda. Durante los años 60, el Mar de Aral tenía una superficie mayor que muchos países europeos, pero hoy en día, el 90% de sus aguas han desaparecido, dejando tras de sí un desierto salino.
Impacto ambiental y social
La desaparición del Mar de Aral ha tenido consecuencias devastadoras para las comunidades locales. La ciudad de Muynak, que solía ser un puerto pesquero próspero, ahora se encuentra a 200 km de la costa y sufre de condiciones climáticas extremas. La falta del mar ha eliminado el efecto termorregulador, provocando veranos extremadamente calurosos e inviernos muy fríos. Además, la sal y el polvo del lecho seco del mar han causado una crisis de salud pública, con altos índices de enfermedades respiratorias y de la piel.
Causas del desastre
La principal causa de esta catástrofe ecológica fue el ambicioso plan de la Unión Soviética para expandir los cultivos de algodón en Asia Central. Los ríos Amu Daria y Syr Daria, que alimentaban el Mar de Aral, fueron desviados para irrigar estos cultivos. Sin embargo, los canales de irrigación eran ineficientes, y gran parte del agua se perdió, reduciendo drásticamente el flujo hacia el mar.
El documental destaca que esta no es la única tragedia de este tipo en el mundo. El Lago Chad en África también está disminuyendo debido a la extracción de agua para la agricultura.
A pesar del panorama desolador, hay indicios de recuperación en Muynak, impulsados en parte por un creciente interés turístico. Sin embargo, este turismo a menudo es impulsado por la curiosidad por los desastres, similar a lo que se ve en Chernóbil.
El Mar de Aral es un recordatorio contundente de las consecuencias de la intervención humana irresponsable en la naturaleza.
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