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Influencer mexicano va a probar la comida callejera de China; ¿realmente comen perro?

El protagonista de esta odisea culinaria comienza su día saludando a sus espectadores y preparando el terreno para lo que describe como una de las experiencias más épicas de su vida

Influencer mexicano va a probar la comida callejera de China; ¿realmente comen perro?

MÉXICO.- En un reciente viaje a China, un aventurero influencer “Luisito Comunica” decidió explorar los rincones más intrigantes y menos conocidos de la comida callejera del país.

Wangfujing, uno de los mercados de comida callejera más emblemáticos de Pekín, se convirtió en el escenario perfecto para desmentir o confirmar los mitos sobre los hábitos alimenticios chinos.

El protagonista de esta odisea culinaria comienza su día saludando a sus espectadores y preparando el terreno para lo que describe como una de las experiencias más épicas de su vida.

China tiene fama mundial de ofrecer algunos de los alimentos más extraños en sus calles, y el aventurero está decidido a averiguar si realmente se comen perros, gatos o incluso aletas de delfín en soya.

Al llegar a Wangfujing, el mercado de comida callejera, su atención se centra rápidamente en un puesto donde los escorpiones vivos se exhiben en brochetas, moviéndose aún con vida.

Este espectáculo, aunque impactante, no es del todo desconocido para él, ya que ha probado escorpiones antes. Sin embargo, verlos aún vivos y en movimiento añade un nivel adicional de excentricidad a la experiencia.

Continuando su recorrido, encuentra diversos insectos fritos como grillos, saltamontes y otros bichos que, aunque no reconocibles a primera vista, resultan ser una experiencia sorprendentemente agradable para el paladar. “No está mal, incluso su sabor es increíble”, comenta, mientras degusta uno de estos bocados.

La siguiente parada en su aventura es una brocheta de calamar. Los calamares, dispuestos en brochetas y fritos al momento, se presentan como una opción algo más convencional pero igualmente deliciosa.

A pesar de que el precio de 25 yuanes le parece algo elevado, la calidad y el sabor justifican el costo. “No soy un gran fanático de los mariscos, pero debo admitir que este calamar frito está realmente delicioso”, menciona con entusiasmo.

Uno de los aspectos más interesantes de su experiencia es la seguridad alimentaria. Observa que, debido al alto nivel de fritura, siente una mayor confianza en la higiene de la comida que consume.

“Todo está frito en exceso, lo que me da más confianza respecto a las bacterias”, afirma, resaltando una de las ventajas de la comida callejera china.

A pesar de algunos contratiempos, como la prohibición de grabar en ciertos puestos, nuestro aventurero logra capturar la esencia de la experiencia.

En su exploración, confirma que muchos de los mitos sobre la comida callejera china son exageraciones o malentendidos. La diversidad y la creatividad culinaria en lugares como Wangfujing ofrecen una ventana fascinante a la rica y variada cultura alimentaria de China.

Aunque la comida callejera en China puede parecer exótica y a veces intimidante para los no iniciados, ofrece una experiencia rica y gratificante para los aventureros dispuestos a explorar más allá de los límites convencionales.

La aventura de nuestro protagonista sirve como un recordatorio de que, más allá de los mitos y prejuicios, la curiosidad y la apertura pueden llevarnos a descubrir sabores y culturas asombrosas.

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