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De una hermosa enfermera a la “mujer más fea del mundo”; la desgarradora historia de Mary Ann Webster

A los 32 años, esto debido a que Mary Ann comenzó a desarrollar síntomas de acromegalia, una enfermedad hormonal que causa el crecimiento excesivo de los huesos y tejidos; perdió su empleo y buscó un sustento para mantener a sus cuatro hijos.

De una hermosa enfermera a la “mujer más fea del mundo”; la desgarradora historia de Mary Ann Webster

LONDRES.-En el sombrío mundo de las ferias de fenómenos del siglo XX, una figura destacaba por su apariencia extraordinaria: Mary Ann Bevan, conocida tristemente como “la mujer más fea del mundo”. Esta descripción cruel y morbosa es sólo una parte de la compleja historia de una mujer cuyo verdadero legado reside en su asombrosa valentía y amor incondicional por su familia.

Mary Ann Webster nació en Londres en 1874. De joven, era una mujer atractiva y alegre, trabajando como enfermera y disfrutando de una vida plena. Su destino cambió drásticamente tras casarse con Thomas Bevan y dar a luz a cuatro hijos.

Tras la muerte de su marido a una edad prematura; Mary Ann se dedicó a sus hijos.

A los 32 años, esto debido a que Mary Ann comenzó a desarrollar síntomas de acromegalia, una enfermedad hormonal que causa el crecimiento excesivo de los huesos y tejidos.

Mary Ann, para solventar y mantener a sus hijos, demostró su amor trabajando en una feria de rarezas soportando las burlas.

Poco después de dar a luz a sus hijos, su mundo comenzó a cambiar de manera inesperada y aterradora, ya que empezaron a aparecer signos que fueron sumamente inquietantes en sus manos y pies; su rostro se empezó a transformar y su mandíbula y frente, se volvieron cada vez más pronunciadas e irreconocibles.

La enfermedad la llevó a perder su trabajo y, tras la muerte prematura de su esposo, Mary Ann se encontró en una situación económica desesperada, con cuatro hijos que mantener; viuda y desamparada. Sin embargo, ella no se rindió.

Mary Ann queda viuda; y en un acto apuesta todo por sus hijos.

En un acto de valentía y sacrificio, Mary Ann decidió participar en concursos de “la mujer más fea” y, finalmente, se unió a la feria de fenómenos. Aunque fue explotada por su apariencia, Mary Ann encontró en este mundo la manera de proveer para su familia. A pesar del sufrimiento y la humillación que soportó, su principal motivación siempre fue el bienestar de sus hijos.

De ser enfermera a trabajar en circos.

Mary Ann Bevan trabajó incansablemente en ferias y circos, tanto en Europa como en Estados Unidos. Su figura se convirtió en una atracción popular, pero detrás de las risas y miradas curiosas del público, había una madre amorosa luchando por darle a su familia un futuro mejor.

Fuente: eugenicsarchive.org

A lo largo de su vida, Mary Ann demostró una fuerza interior formidable. Soportó el dolor físico y emocional con una dignidad admirable. Falleció en 1933 a los 59 años, dejando un legado de valentía y amor maternal.

Hoy en día, la historia de Mary Ann Bevan es un recordatorio de cómo las circunstancias extremas pueden sacar a la luz la fortaleza y la resiliencia humanas. Aunque fue objeto de burlas y explotación, su verdadero legado reside en su sacrificio y dedicación a su familia. “Mary Ann Bevan no fue simplemente ‘la mujer más fea del mundo’; con el título que se le atribuye hasta el día de hoy, sino que su historia fue tan conmovedora que ha inspirado a muchos alrededor del mundo.

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