Roban hueso atribuido a María Magdalena de iglesia en Estados Unidos

En un hecho que ha conmocionado a la comunidad religiosa de Salt Lake City, un fragmento de hueso, que presuntamente perteneció a Santa María Magdalena, fue robado de la Catedral de la Madeleine el pasado 10 de julio. Este relicario, que data de 1918, ha sido parte integral de la historia de la iglesia local, conocida por ser el único templo en Estados Unidos dedicado a esta figura del Nuevo Testamento.

El robo fue descubierto cuando el personal de la catedral encontró el relicario destrozado en el suelo. Según el Padre Martín Díaz, “el fragmento de hueso, más pequeño que una uña, aparentemente fue descartado en un contenedor de basura o en el césped cercano después de que el ladrón se dio cuenta de su falta de valor monetario”, reportó The Daily Mail.

Respuesta de la comunidad y la Diócesis

La diócesis ha contactado a las autoridades locales y ofrece una recompensa de $1,000 por cualquier información que conduzca a la recuperación del relicario. El padre Díaz expresó que, aunque el relicario no tiene valor económico, es invaluable para la comunidad y su pérdida ha causado “dolor y tristeza”.

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Importancia histórica y espiritual del relicario

El relicario en cuestión está envuelto en un paño rojo con un patrón de flor de lis, colocado dentro de una estructura de bronce y vidrio. Según informes del Salt Lake Tribune, este relicario requiere de dos personas para su manejo debido a su peso y fragilidad. Cristina Rosetti, experta en estudios religiosos, mencionó que la pérdida ha dejado una “herida” en la iglesia local, destacando la importancia histórica del objeto para la comunidad.

El padre Díaz indicó que buscarán obtener otro relicario de Santa María Magdalena desde la oficina del Vaticano, aunque reconoció que reemplazar este objeto único será difícil. La conexión histórica y espiritual con el obispo Joseph Glass, quien trajo estos reliquias de Francia en 1918, representa una parte irremplazable de la herencia de la diócesis de Salt Lake.

El robo de este relicario ha dejado un vacío significativo en la comunidad de la Catedral de la Madeleine. Más allá de su valor material, el incidente subraya la importancia espiritual y cultural de preservar reliquias históricas como testimonios tangibles de la fe y la historia religiosa.

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