Marengo: El mejor amigo del artista Gérôme
Sobre un fondo oscuro, Gérôme aplica la técnica del Barroco para capturar cada detalle de Marengo.
Jean-Léon Gérôme, renombrado pintor del siglo XIX, tenía una profunda conexión con sus perros, a quienes consideraba sus mejores amigos. Entre ellos, Marengo ocupaba un lugar especial. Esta cercanía queda plasmada en uno de sus retratos, donde, junto a su firma, Gérôme inscribe con cariño “a mon ami” (a mi amigo).
Marengo no fue el único can retratado por Gérôme; la relación del artista con los perros fue una constante en su obra. Recordemos la famosa pintura de Diógenes y su patrulla canina. Sin embargo, lo que hace singular a Marengo es la prominencia de su nombre al lado del retrato, un gesto inusual en el arte académico del siglo XIX, que subraya el afecto especial que Gérôme sentía por él.
El retrato muestra a Marengo con una corta correa, probablemente necesaria para mantener al perro quieto durante la sesión de posado. Este momento, trascendental y complejo, es aún más desafiante cuando se trabaja con animales. Mientras un perro puede mostrar cierta obediencia, la tarea sería aún más ardua con un gato.
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Sobre un fondo oscuro, Gérôme aplica la técnica del Barroco para capturar cada detalle de Marengo, construyendo su carácter pelo a pelo, pincelada a pincelada. El nombre del perro, posiblemente inspirado en su color gris azulado, resuena con la maestría del pintor, que convierte este acto de retratar a un amigo en una verdadera muestra de amor.
Con información de HA!
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