Origen y evolución de la resistencia a los antibióticos: Una mirada científica

CIUDAD DE MÉXICO.- En un mundo donde las bacterias están en constante evolución, los científicos enfrentan un reto cada vez más complejo: la resistencia a los antibióticos. Este fenómeno amenaza con regresar a la humanidad a una era en la que incluso las infecciones más simples podrían ser mortales. Al igual que en la novela “La guerra de los mundos” de H.G. Wells, donde los alienígenas sucumben a enfermedades terrenales, los seres humanos podrían enfrentarse a infecciones comunes con consecuencias fatales.

Recientemente, investigadores han identificado un fenómeno denominado heterorresistencia, que añade una capa adicional de complejidad a esta lucha. Este descubrimiento podría explicar por qué algunas bacterias sobreviven a los tratamientos con antibióticos a pesar de parecer vulnerables en pruebas estándar. La heterorresistencia se manifiesta cuando una pequeña fracción de células bacterianas, que inicialmente parecen susceptibles, cambia rápidamente a un estado resistente al ser expuestas a antibióticos.

La naturaleza sigilosa de la heterorresistencia

Durante décadas, la comunidad científica ha trabajado bajo la premisa de que la resistencia a los antibióticos era un rasgo genético estable. Sin embargo, la heterorresistencia plantea un desafío a esta visión. Este fenómeno no deja huella genética y puede pasar desapercibido para los métodos de detección tradicionales. A diferencia de la resistencia genética, la heterorresistencia no se propaga ampliamente en la población bacteriana, sino que permanece confinada a unas pocas células, lo que la hace difícil de detectar y combatir.

La heterorresistencia no se basa en mutaciones genéticas permanentes, sino en cambios temporales y reversibles en un subconjunto de células bacterianas. Esta naturaleza escurridiza ha permitido que muchas infecciones graves persistan, a pesar de tratamientos agresivos, como se observó en un caso reciente en el Hospital Universitario Emory de Atlanta, donde un paciente murió a causa de una infección por Klebsiella pneumoniae resistente a los antibióticos.

Avances en la investigación sobre heterorresistencia

Afortunadamente, equipos científicos de todo el mundo están estudiando este fenómeno. Por ejemplo, la investigadora Karin Hjort de la Universidad de Uppsala está liderando estudios que buscan identificar los factores que contribuyen a la heterorresistencia. Estos estudios son fundamentales para desarrollar herramientas de diagnóstico más efectivas y tratamientos que puedan superar esta resistencia oculta.

Estos avances prometen revolucionar el tratamiento de infecciones bacterianas, permitiendo una identificación más precisa de bacterias heterorresistentes y, en consecuencia, mejorando los resultados del tratamiento. Si bien estos métodos aún están en etapas experimentales, representan una esperanza para combatir la resistencia bacteriana.

La lista de bacterias más peligrosas según la OMS

La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha reconocido la amenaza que representan las bacterias farmacorresistentes y ha publicado una lista de 15 familias de bacterias clasificadas en categorías de prioridad crítica, alta y media. Entre las más peligrosas se encuentran Acinetobacter baumannii y Enterobacterales resistentes a los carbapenémicos, así como Mycobacterium tuberculosis resistente a la rifampicina.

Estas bacterias representan un riesgo significativo para la salud pública, y su resistencia a los antibióticos requiere una atención urgente. El establecimiento de prioridades por parte de la OMS busca orientar los esfuerzos de investigación y desarrollo de nuevos tratamientos, así como mejorar las estrategias de prevención y control de infecciones.

La importancia de la investigación continua

El descubrimiento de la heterorresistencia y la actualización de la lista de bacterias farmacorresistentes subrayan la necesidad de seguir investigando para entender mejor cómo las bacterias sobreviven a los antibióticos. Sin un enfoque continuo y multidisciplinario, el mundo podría enfrentarse a un futuro donde las infecciones comunes se vuelvan cada vez más difíciles de tratar.

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La colaboración internacional, el desarrollo de nuevas tecnologías de diagnóstico y la educación pública sobre el uso adecuado de los antibióticos son esenciales para frenar la propagación de la resistencia bacteriana. A medida que los científicos avanzan en su comprensión de estos mecanismos, se abre una nueva esperanza para combatir uno de los mayores desafíos de la medicina moderna.