¿La ansiedad te controla? Descubre cómo recuperar las riendas con la planificación

CIUDAD DE MÉXICO.- Para muchas personas, la planificación se ha convertido en un hábito esencial de autocuidado que va más allá de organizar tareas diarias. Al sentarse con sus agendas, bolígrafos favoritos y, tal vez, una taza de café, experimentan una sensación de calma. Pero, ¿qué es lo que realmente nos calma al planificar? La respuesta puede estar en cómo la planificación nos permite visualizar el futuro, organizando nuestro tiempo y recursos de manera tangible. Esto, a su vez, neutraliza la ansiedad al darnos una perspectiva clara sobre el tiempo disponible y las tareas que debemos realizar.

La planificación no solo implica la creación de bonitas listas o calendarios; es un proceso para estructurar la vida misma. Al planificar, decidimos cuándo realizar actividades que nos gustan, cuándo veremos a nuestros seres queridos y cómo alcanzaremos nuestras metas. Este enfoque en la organización permite que la ansiedad, que a menudo distorsiona nuestra percepción del tiempo, se reduzca. La planificación nos da una hoja de ruta clara que muestra qué es urgente y qué puede esperar, ayudándonos a manejar mejor el estrés diario.

Priorizar tareas y establecer límites con la planificación

Una técnica muy útil para reducir la ansiedad es la Matriz de Eisenhower, que ayuda a priorizar las tareas según su importancia y urgencia. Esta técnica simple implica dividir las tareas en cuatro categorías: importante y urgente, importante pero no urgente, no importante pero urgente, y ni importante ni urgente. Este ejercicio permite identificar qué tareas deben realizarse de inmediato, cuáles pueden delegarse y cuáles pueden eliminarse por completo. Con el tiempo, el uso de esta técnica junto con la planificación regular puede liberar espacio mental y reducir el estrés.

Establecer límites es otro aspecto crucial que la planificación puede facilitar. Al organizar nuestro tiempo y evaluar regularmente cómo lo utilizamos, podemos identificar cuándo estamos dedicando demasiado tiempo a ciertas actividades, especialmente después del horario laboral. Esto nos permite establecer límites más claros y proteger nuestro tiempo para actividades que realmente contribuyan a nuestro bienestar. La planificación se convierte así en una herramienta para decidir conscientemente cómo queremos gastar nuestro tiempo y cómo podemos hacer que nuestras actividades diarias reflejen mejor nuestras prioridades y valores.

La planificación como expresión artística y de juego

Más allá de su función organizativa, la planificación también puede ser una forma de expresión artística y de juego. Para muchos, el proceso de planificar no es solo una cuestión de ordenar tareas, sino de crear algo bello. Usar bolígrafos de colores, cintas washi, pegatinas y otros materiales artísticos convierte la planificación en una actividad creativa que reduce el estrés. Este enfoque permite que el acto de planificar se sienta menos como una tarea y más como un juego, donde cada página se convierte en un lienzo para la autoexpresión.

Incluso aquellos que prefieren una planificación más minimalista pueden encontrar consuelo en la experiencia sensorial de escribir en papel, elegir cuadernos con texturas agradables o disfrutar del acto de usar un bolígrafo de alta calidad. Este enfoque sensorial hace que la planificación sea una experiencia más rica y envolvente, que puede ser relajante y terapéutica. Además, cambiar regularmente los estilos y métodos de planificación puede mantener la actividad fresca y estimulante, lo que fomenta la creatividad y el bienestar emocional.

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En resumen, la planificación no solo organiza la vida, sino que también puede ser una poderosa herramienta para reducir la ansiedad, establecer límites y permitir la autoexpresión creativa. Con estas prácticas, la planificación se convierte en una actividad integral para mejorar la calidad de vida y el bienestar mental de las personas.