Por qué esa isla en el mapa fue la última pérdida de territorio de México

Clipperton es un un atolón remoto ubicado a 1,280 km al suroeste de Acapulco, cuya historia es un relato de supervivencia, tragedia y pérdida territorial para México.

Clipperton, también conocida como Isla de la Pasión, es un pequeño atolón coralino deshabitado, con una superficie de apenas 6 km² y 11.1 km de línea costera. A pesar de su reducido tamaño, ha sido el centro de disputas internacionales y escenarios de historias desgarradoras. Este territorio, que México consideró suyo desde la época colonial, pasó a ser una posesión francesa en 1931, no por medio de una compra o cesión convencional, sino a través de una historia cruda de supervivencia y azar.

De territorio mexicano a posesión francesa

Clipperton fue descubierto por exploradores españoles en 1527, durante la época de la Nueva España. Sin embargo, el clima inhóspito y su casi nula superficie habitable no despertaron mayor interés, por lo que el atolón quedó prácticamente abandonado. A lo largo de los siglos, México incluyó a Clipperton en su mapa geográfico, pero sin darle mayor relevancia.

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Por otro lado, Francia vio en Clipperton una oportunidad económica debido a la abundancia de guano (excremento de aves marinas que se utiliza como abono en la agricultura), un valioso fertilizante natural, e inició expediciones para explotarlo. Dado que Clipperton no estaba claramente marcado como territorio mexicano, Francia simplemente lo reclamó como suyo.

En 1908, ante la noticia de la presencia francesa en Clipperton, Porfirio Díaz, entonces presidente de México, decidió enviar una pequeña guarnición liderada por el general Ramón Arnaud, acompañada por 10 soldados y sus familias, para establecer una colonia y proteger la soberanía mexicana en el atolón. Así, una pequeña comunidad mexicana se instaló en un entorno extremadamente adverso, donde sobrevivían gracias a los suministros que llegaban desde Acapulco cada dos o tres meses, dice el medio Travesías.

La tragedia de Clipperton

El estallido de la Revolución Mexicana en 1910 cambió la suerte de los colonos en Clipperton. El suministro de bienes y alimentos se cortó, dejando a los habitantes en una lucha por la supervivencia. Sin provisiones, los colonos se vieron obligados a subsistir a base de pescado, aves y cocos, mientras la falta de fruta fresca provocaba escorbuto (enfermedad que ocurre cuando se tiene carencia grave de vitamina C) y otras enfermedades.

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La situación se volvió insostenible: Muchos hombres murieron de inanición, otros se ahogaron al intentar escapar nadando, y el guardián del faro, enloquecido, comenzó a abusar de las mujeres sobrevivientes. La desesperación alcanzó su punto máximo cuando el general Arnaud desapareció al lanzarse al mar en un intento por alcanzar un barco que solo había alucinado. Finalmente, solo quedaron tres viudas, ocho niños y el abusivo guardián del faro. La pesadilla terminó el 18 de julio de 1917, cuando una de las mujeres asesinó al guardián, y ese mismo día, el barco estadounidense USS Yorktown apareció y rescató a los once sobrevivientes.

Arbitraje internacional y pérdida territorial

Después del rescate, surgió la pregunta sobre la soberanía de Clipperton. En 1931, un arbitraje internacional falló a favor de Francia, lo que representó la última pérdida territorial de México. Desde entonces, Clipperton ha sido administrado por Francia, y aunque ha sido ocupado ocasionalmente por pescadores, científicos y militares, no ha tenido habitantes permanentes desde 1945.

Un destino antiturístico

Hoy en día, Clipperton no es un destino turístico; es un sitio remoto y peligroso, utilizado principalmente para investigaciones científicas. Las aguas alrededor del atolón son agitadas y peligrosas, y la isla en sí es un paisaje desolado compuesto de arena, una roca de 29 metros de altura y una laguna interior cerrada con agua ácida y estancada.

A pesar de su historia sombría, Clipperton sigue siendo un lugar de interés por su peculiar situación geopolítica y su ecosistema único, hogar de la mayor colonia de alcatraces enmascarados del mundo. Sin embargo, su accesibilidad limitada y las condiciones extremas lo han mantenido alejado de las rutas turísticas convencionales.