Si no cuidas tu hipertensión, tu riesgo de padecer Alzheimer es más alto: según estudio
Las personas con hipertensión no tratada tienen un 36% más de riesgo de Alzheimer y un 69% más de riesgo de otras demencias.
CIUDAD DE MÉXICO.- Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), el 46% de los 1.28 mil millones de adultos en el mundo que padecen hipertensión no saben que la tienen. Esta cifra es preocupante, ya que vivir con hipertensión no controlada puede aumentar significativamente el riesgo de desarrollar Alzheimer, especialmente en personas mayores de 60 años, según un metaanálisis reciente.
El estudio encontró que las personas con presión arterial alta no tratada tenían un 36% más de riesgo de desarrollar Alzheimer en comparación con aquellas sin hipertensión. Además, quienes tomaban medicamentos para controlar su presión arterial tenían un riesgo 42% menor en comparación con los que no se medicaban.
Hipertensión y otras formas de demencia
La hipertensión no tratada también incrementa el riesgo de otros tipos de demencia. El estudio reveló que las personas con hipertensión sin medicar tenían un 69% más de probabilidades de desarrollar demencias no relacionadas con el Alzheimer, como la demencia vascular o frontotemporal. Por otro lado, aquellas personas con hipertensión tratada, pero mal controlada, presentaban un 33% más de riesgo.
Sin embargo, si la presión arterial se controla de manera efectiva con medicación, no se observó un aumento en el riesgo de desarrollar demencias no relacionadas con el Alzheimer, lo cual subraya la importancia de un tratamiento adecuado y constante para prevenir este tipo de enfermedades.
El desafío del control de la presión arterial
Lamentablemente, muchas personas diagnosticadas con hipertensión no toman sus medicamentos de manera regular, o sufren de hipertensión resistente al tratamiento. Según la OMS, solo 1 de cada 5 adultos tiene su presión arterial bajo control, lo que representa un desafío global de salud.
El riesgo de sufrir un evento cardiovascular se duplica por cada 20 puntos que una persona supera el nivel ideal de 120 mm Hg en la presión sistólica, lo que demuestra lo crucial que es mantener estos números bajo control para reducir los riesgos de salud.
Enfermedades asociadas a la hipertensión no controlada
La hipertensión no solo afecta al corazón, también está vinculada con un mayor riesgo de enfermedad renal, accidentes cerebrovasculares, diabetes tipo 2 y demencia, además de las enfermedades cardíacas. Se cree que la acumulación de placas beta-amiloides y los enredos de tau impulsan el Alzheimer, pero los factores de riesgo vascular, como la hipertensión, aceleran la inflamación en el cerebro, lo que incrementa el riesgo de padecer esta enfermedad.
Controlar estos factores de riesgo, como la presión arterial alta, el colesterol elevado y la diabetes, no necesariamente previene el Alzheimer, pero sí puede ralentizar el avance de su patología y disminuir el riesgo de desarrollarlo.
Un enfoque global para el manejo de la presión arterial
El estudio, que analizó datos de más de 31,000 personas de 14 países, no encontró diferencias significativas entre sexos o grupos raciales en cuanto al control de la presión arterial y el riesgo de Alzheimer. Este hallazgo sugiere que el cuidado óptimo para un grupo puede ser aplicable a otros, lo cual es alentador en el contexto del manejo global de enfermedades crónicas como la hipertensión y la demencia.
El control adecuado de la hipertensión en el mundo en desarrollo es crucial, ya que es en estas áreas donde se espera que ocurra la mayoría de los nuevos casos de demencia en las próximas décadas.
Tomar el control de la hipertensión
Para protegerse del Alzheimer y otras enfermedades crónicas asociadas a la hipertensión, los expertos recomiendan monitorear regularmente los niveles de presión arterial y tomar los medicamentos según lo prescrito. También sugieren adoptar cambios en el estilo de vida, como una dieta baja en sodio y rica en frutas y verduras, además de realizar ejercicio físico regularmente. Estos hábitos pueden ayudar a mantener la presión arterial bajo control y reducir la necesidad de medicamentos.