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¿Cúando es correcto “ghostear” a alguien?

Aunque puede parecer una solución rápida, este comportamiento genera confusión y dolor emocional en la persona afectada.

CIUDAD DE MÉXICO.- El “ghosting”, una práctica que ha existido desde tiempos inmemoriales, ha ganado mayor notoriedad en la era digital. Según la psicóloga Jennice Vilhauer, esta tendencia se ha vuelto cada vez más común desde el auge de las aplicaciones de citas a mediados de la década de 2010. Vilhauer, autora de “Think Forward to Thrive”, fue una de las primeras en abordar el tema en 2015, cuando el término todavía era relativamente desconocido. Para 2017, “ghosting” ya había sido incluido en el diccionario Merriam-Webster y las búsquedas en Google sobre el tema alcanzaron su punto máximo en 2019.

Aunque el “ghosting” puede parecer una solución rápida para terminar una relación, esta práctica puede tener efectos negativos en quienes la experimentan. La falta de una despedida explícita dificulta el cierre emocional, lo que puede causar angustia y confusión. Según Vilhauer, el dolor emocional causado por el “ghosting” puede ser tan real como el dolor físico, ya que los seres humanos están programados para buscar conexiones sociales, y la sensación de rechazo puede afectar nuestra autoestima y percepción del mundo.

Por otro lado, quienes realizan el “ghosting” pueden experimentar una combinación de alivio y culpa. A veces, simplemente no saben cómo manejar una conversación difícil o evitan el conflicto por completo. Esta dinámica es particularmente frecuente en las aplicaciones de citas, donde las interacciones a menudo son impersonales y efímeras.

Razones detrás del “ghosting”

El “ghosting” ocurre, en parte, debido a la forma en que la tecnología ha transformado nuestras relaciones. Las aplicaciones de citas han facilitado la creación de múltiples conexiones simultáneas, lo que hace que finalizar una relación de manera abrupta, sin necesidad de enfrentar a la otra persona, sea más tentador. Según el Dr. Rich Slatcher, profesor de psicología en la Universidad de Georgia, cuanto más anónima es una interacción, más fácil resulta deshumanizar a la otra persona.

Otra razón para el “ghosting” es la falta de madurez o empatía por parte de quienes lo practican. Algunas personas simplemente no se sienten cómodas con la confrontación o no saben cómo expresar que ya no desean continuar la relación. Además, es posible que quienes hacen “ghosting” eviten enfrentar emociones difíciles en otras áreas de su vida, lo que sugiere un patrón más profundo de evasión emocional.

En algunos casos, el “ghosting” no es una decisión consciente. Las personas pueden simplemente posponer una respuesta y, con el tiempo, la situación se olvida, lo que resulta en una desconexión sin intención deliberada. A veces, se trata más de una falta de organización o habilidad para mantener la comunicación que de una intención de lastimar.

¿Cuándo es aceptable el “ghosting”?

Aunque generalmente se considera una conducta inapropiada, existen situaciones en las que el “ghosting” es justificable. Por ejemplo, si la relación ha sido abusiva o si mantener la comunicación representa un riesgo para la seguridad de la persona, el “ghosting” puede ser la mejor opción. En estos casos, el corte abrupto de la comunicación puede ser una medida de protección personal.

Según Vilhauer, también es comprensible que alguien decida recurrir al “ghosting” si ha intentado previamente rechazar a la otra persona y esta ha reaccionado de manera agresiva o amenazante. En tales casos, el “ghosting” se convierte en una herramienta de autopreservación.

Sin embargo, los expertos coinciden en que, fuera de estos contextos extremos, la mejor práctica es siempre proporcionar algún tipo de cierre. Un simple mensaje de despedida puede evitar la incertidumbre y facilitar el proceso de recuperación emocional para ambas partes involucradas.

Cómo lidiar con el “ghosting”

Si alguien ha sido víctima de “ghosting”, los expertos recomiendan no obsesionarse con la situación. Como señala Slatcher, es probable que la persona que hizo el “ghosting” ya no esté pensando en el otro, por lo que dedicar demasiada energía mental al asunto no es productivo. En lugar de eso, se sugiere encontrar distracciones saludables, como hacer ejercicio, escuchar música o dedicarse a un pasatiempo.

Buscar apoyo en amigos y familiares puede ayudar a restaurar el sentido de pertenencia y autoestima. Hablar sobre la experiencia es válido, pero en algún momento, insistir en el tema sin obtener respuestas claras puede ser contraproducente.

Pedir una explicación una o dos veces puede ser razonable, pero continuar exigiéndola solo prolongará el malestar. Reconocer que la falta de respuesta es, en sí misma, una respuesta, puede ayudar a aceptar la situación y a seguir adelante de manera saludable.

El impacto del “ghosting” en las relaciones futuras

El “ghosting” no solo afecta a la persona que lo sufre, sino que también puede influir negativamente en futuras relaciones. La experiencia de ser “fantasmado” puede llevar a que las personas se vuelvan más cautelosas y desconfiadas, lo que puede dificultar el establecimiento de nuevas conexiones. Esto es especialmente cierto si el “ghosting” se convierte en una expectativa común en el mundo de las citas.

Los expertos sugieren que quienes practican el “ghosting” de manera habitual trabajen en desarrollar habilidades de comunicación más saludables. Enfrentar conversaciones difíciles, aunque incómodas, es un paso esencial para mantener relaciones más auténticas y satisfactorias en el futuro.

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Reflexiones finales sobre el “ghosting”

Al final del día, el “ghosting” es un fenómeno complejo que refleja la forma en que la tecnología y la cultura moderna han transformado nuestras interacciones. Aunque puede ser tentador recurrir a esta estrategia para evitar situaciones incómodas, los expertos coinciden en que la honestidad y la empatía siguen siendo las mejores herramientas para gestionar nuestras relaciones de manera responsable.

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