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¿Por qué tener “actitud del protagonista” puede impactar en tus relaciones?

Descubre cómo encontrar el equilibrio

¿Por qué tener “actitud del protagonista” puede impactar en tus relaciones?

A veces sin darnos cuenta, podemos caer en comportamientos que parecen inofensivos, pero que podrían afectar nuestras relaciones personales y profesionales. Un ejemplo de esto es la “Main Character Energy”, que podríamos traducir como “la actitud del protagonista”, un término reciente de la psicología que describe la tendencia a actuar como si fuéramos el centro de nuestra propia historia ficcional, a menudo dibujando paralelismos entre nosotros, y nuestros personajes favoritos en pantalla.

Si bien sentirse seguro y con confianza es algo positivo, un reciente artículo de Psychology Today destaca que es importante preguntarnos si esta actitud podría estar limitando nuestras interacciones con los demás. Por ello, entender cómo manejar esta energía de manera equilibrada puede ser clave para mantener relaciones saludables y satisfactorias.

¿Qué es la “Actitud del protagonista”?

La “Main Character Energy” es un término que se ha vuelto popular para describir una actitud en la que una persona se comporta como si fuera el protagonista de su propia historia. Esto implica actuar con confianza, carisma y seguridad en sí mismo, similar a los personajes principales de libros, series y películas.

Este concepto promueve la idea de tomar un rol principal en la vida propia, en lugar de vivir como un personaje secundario. Sin embargo, aunque puede ser positivo asumir el control de tu vida, llevarlo al extremo puede causar problemas, especialmente en las relaciones personales y profesionales.

¿Cómo puede ser problemática?

Aunque ser extrovertido es una conducta valorada en muchas culturas alrededor del muno, un exceso de esta cualidad puede llevar a comportamientos que busquen llamar la atención de manera desmedida. Las personas con altos niveles de extraversión tienden a ser habladoras, asertivas y expresivas emocionalmente, lo que les ayuda a destacarse en entornos sociales y laborales. Sin embargo, cuando esta necesidad de ser el centro de atención se vuelve demasiada, puede generar conflictos en las relaciones cercanas.

Por ejemplo, alguien con demasiada “Main Character Energy” podría acaparar las conversaciones, hacer que todo gire en torno a sí mismo y no dejar espacio para que los demás expresen sus ideas o sentimientos. Este comportamiento, aunque pueda ser gratificante a corto plazo, podría alejar a las personas y dañar las relaciones a largo plazo.

¿Cómo moderarla?

Si te das cuenta de que tu necesidad de ser el centro de atención está afectando tus relaciones, es importante reflexionar sobre tus valores en esos contextos. Pregúntate cómo quieres sentirte después de una interacción y cómo deseas que los demás se sientan contigo. A veces, lo que nos hace sentir bien en el momento, como dirigir una conversación, puede alejarnos de nuestros valores a largo plazo, como mantener relaciones saludables y equitativas.

Una estrategia recomendada por expertos, como la doctora Shannon Sauer-Zavala, es realizar experimentos conductuales. Esto significa que podrías proponerte ceder el espacio en las conversaciones, permitiendo que otros hablen primero o haciendo preguntas que den protagonismo a quienes te rodean. Este tipo de prácticas no solo permiten que los demás brillen, sino que también te ayudan a ser visto como un apoyo positivo en tus relaciones.

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