100 años de una misterioso señal de radio que vino de Marte: El primer experimento de búsqueda de vida extraterrestre

Hace casi 100 años, en agosto de 1924, el astrónomo estadounidense David Todd llevó a cabo un experimento que podría considerarse el inicio de la búsqueda científica de vida extraterrestre. En aquel entonces, la idea de que Marte podría albergar vida inteligente era muy popular, por lo que para aprovechar la alineación especial de los planetas, que acercaba a Marte a solo 34 millones de millas de la Tierra, Todd decidió intentar captar señales de radio provenientes del planeta rojo.

El experimento insólito

Para realizar este ambicioso proyecto, Todd se asoció con Charles Francis Jenkins, un inventor pionero en el desarrollo de la televisión. Jenkins ayudó a montar un sistema de radio capaz de imprimir las ondas de radio en papel, facilitando el análisis de cualquier señal interceptada. Todd solicitó un silencio radial global para asegurar que su antena aérea, montada en un dirigible, pudiera captar las señales sin interferencias.

A pesar de no lograr un silencio radial global, Todd consiguió que la Marina de los EE.UU. impusiera períodos intermitentes de silencio radial a nivel nacional. Entre el 21 y el 24 de agosto, durante cinco minutos al inicio de cada hora, el aire estaba libre de señales radiales. Durante estos períodos, Todd y Jenkins recibieron una señal que, impresa en papel, mostraba una forma que se asemejaba a una “cara dibujada rudimentariamente”. Este hallazgo generó una ola de especulación pública sobre la posible existencia de vida en Marte, de acuerdo a un reportaje del New York Times.

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El misterio de la señal

A pesar del entusiasmo mediático, el origen de la señal permaneció sin explicación. Charles Francis Jenkins describió la señal como un “fenómeno extraño que no podemos explicar”. Aunque no se pudo confirmar que la señal proviniera de Marte o de una civilización marciana, el experimento de Todd y Jenkins marcó un antes y un después en la exploración científica del espacio.

Aunque el experimento no produjo la evidencia clara de vida extraterrestre que Todd y Jenkins esperaban, su trabajo fue pionero. Incluso, aunque el campo de la radioastronomía no se desarrollaría hasta una década después, el experimento de 1924 sentó las bases para la moderna búsqueda de vida en otros planetas. Hoy, un siglo después, seguimos explorando el universo en busca de signos de vida.

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