Aracnólogo explica que es muy poco probable que una picadura de araña pueda ser mortal

CIUDAD DE MÉXICO.- Las arañas han sido objeto de fascinación y temor en la humanidad desde tiempos inmemoriales. Presentes en leyendas como el mito griego de Aracne o en manifestaciones culturales como la tarantela italiana, estas criaturas no han pasado desapercibidas. Incluso en la cultura pop moderna, personajes como Spiderman reflejan la influencia de estos arácnidos. Sin embargo, su presencia también desata miedo, en gran parte por mitos y desinformación.

Un punto clave es el veneno que muchas especies de arañas poseen. De las más de 52,000 especies descritas, más del 99% cuentan con glándulas de veneno, pero este no está diseñado para atacar a los humanos. Su propósito principal es cazar presas como insectos y otros artrópodos. Por lo tanto, la mayoría de las arañas son inofensivas para los humanos, y aunque una pequeña fracción puede morder, es muy raro que causen daño serio.

El mito del peligro de las arañas

A pesar de su relativa inofensividad, las arañas suelen ser protagonistas de titulares sensacionalistas que exageran los peligros que representan. Los escasos casos de mordeduras que podrían tener relevancia médica son extremadamente raros, y de las pocas especies que pueden causar algún daño, la mayoría no habitan cerca de zonas urbanas donde sea común el contacto con humanos.

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En países como España, los registros médicos muestran que entre 1997 y 2020, los casos de envenenamiento grave por arañas fueron mínimos: menos de 0.1 casos por millón de habitantes al año. Incluso esta cifra está sobreestimada, ya que muchas mordeduras atribuidas a arañas suelen ser errores de diagnóstico.

La desinformación y el miedo colectivo

El miedo a las arañas, conocido como aracnofobia, es un fenómeno que podría tener orígenes culturales o evolutivos, pero lo cierto es que este temor ha sido explotado por los medios de comunicación. Noticias sobre “oleadas” de arañas peligrosas o sobre sus supuestas capacidades letales proliferan, a menudo sin fundamento real. Un ejemplo reciente fue la tergiversación de un estudio que hablaba sobre el importante papel de las arañas en el control de plagas, convirtiendo los datos en titulares alarmistas que afirmaban que “las arañas podrían devorar a la humanidad”.

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En conclusión, es importante desmitificar el papel de las arañas en nuestro ecosistema. No solo son inofensivas para los humanos, sino que cumplen una función vital en la naturaleza al mantener a raya poblaciones de insectos que podrían convertirse en plagas. En lugar de temerlas, deberíamos aprender a respetarlas y protegerlas, ya que su existencia está más en peligro por nuestras acciones que la nuestra por sus mordeduras.