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¿Cómo afecta el estrés a tu cuerpo?

A corto plazo puede ser útil, pero el estrés crónico daña el corazón, los vasos sanguíneos, el sistema digestivo y el inmunológico.

¿Cómo afecta el estrés a tu cuerpo?

El estrés es una sensación familiar para muchos, ya sea por estudiar intensamente para un examen o tratar de completar múltiples tareas en poco tiempo. Este estado, más allá de ser solo una emoción, desencadena una respuesta física inmediata que afecta a todo el cuerpo. Aunque el estrés en el corto plazo puede ser beneficioso, cuando se activa frecuentemente o durante largos periodos, su impacto sobre el organismo puede ser perjudicial.

La respuesta al estrés es desencadenada por las glándulas suprarrenales, que liberan hormonas como el cortisol y la adrenalina. Estas hormonas, al circular por el torrente sanguíneo, pueden afectar el corazón y los vasos sanguíneos. La adrenalina aumenta el ritmo cardíaco y la presión arterial, lo que puede provocar hipertensión con el tiempo. Por su parte, el cortisol puede dañar el endotelio, la capa interna de los vasos sanguíneos, aumentando el riesgo de arteriosclerosis, una condición en la que se acumulan placas de colesterol en las arterias.

Impacto del estrés en el sistema digestivo y la salud metabólica

El cerebro, al detectar una situación estresante, activa el sistema nervioso autónomo, lo que a su vez afecta el sistema digestivo. Este vínculo entre el cerebro y el intestino puede generar molestias como el síndrome del intestino irritable y aumentar la sensibilidad al ácido estomacal, provocando ardor de estómago. Además, el estrés crónico puede alterar la composición y función de las bacterias intestinales, lo que impacta negativamente la digestión y el bienestar general.

El cortisol también puede influir en el metabolismo. Durante periodos de estrés prolongado, esta hormona estimula el apetito y genera ansias por alimentos ricos en calorías y carbohidratos. El aumento de estos alimentos en la dieta, sumado al comportamiento de “alimentación emocional”, puede llevar a una acumulación de grasa, especialmente en la zona abdominal. Esta grasa, además de ser estéticamente indeseada, actúa como un órgano que libera sustancias químicas que incrementan el riesgo de enfermedades crónicas como la diabetes y enfermedades cardíacas.

Efectos del estrés sobre el sistema inmunológico y el envejecimiento

El estrés también afecta al sistema inmunológico de varias maneras. En situaciones de estrés a corto plazo, las hormonas pueden ayudar al cuerpo a prepararse para combatir infecciones o curar lesiones. Sin embargo, cuando el estrés se prolonga, el sistema inmunológico se debilita, aumentando la susceptibilidad a infecciones y disminuyendo la capacidad del cuerpo para sanar de forma eficiente.

Otro efecto preocupante del estrés crónico es su relación con el envejecimiento celular. El estrés prolongado se asocia con el acortamiento de los telómeros, las estructuras que protegen los extremos de los cromosomas durante la división celular. A medida que los telómeros se acortan, las células pierden la capacidad de dividirse correctamente, lo que puede contribuir al envejecimiento prematuro y la aparición de enfermedades relacionadas con la edad.

El estrés crónico tiene un impacto negativo significativo en diversos sistemas del cuerpo. Puede influir en la salud cardiovascular, digestiva, metabólica e inmunológica, e incluso acelerar el proceso de envejecimiento. Aunque la vida siempre estará llena de desafíos, la forma en que el cuerpo responde al estrés es crucial para mantener la salud a largo plazo.

La importancia de gestionar el estrés

La clave para proteger el cuerpo de los efectos nocivos del estrés no radica en evitarlo completamente, lo cual es casi imposible, sino en aprender a manejarlo de manera efectiva. Abordar las situaciones estresantes como desafíos que se pueden superar, en lugar de amenazas incontrolables, puede mejorar el rendimiento y preservar la salud en el tiempo.

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Mantener un estilo de vida saludable, con prácticas como el ejercicio regular, la meditación y una buena alimentación, puede ayudar a reducir los niveles de cortisol y mejorar la respuesta del cuerpo ante el estrés. Con el conocimiento adecuado y las herramientas correctas, es posible vivir una vida plena y equilibrada, incluso en medio de las tensiones diarias.

Con información de Ted-ED:

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