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¿Qué comen los astronautas? Los sorprendentes alimentos del espacio

Durante las primeras misiones, los alimentos se ofrecían en tubos de aluminio, similares a los de pasta de dientes, o en cubos comprimidos.

Cuando pensamos en las misiones espaciales, la tecnología, los trajes espaciales o las impresionantes vistas del cosmos suelen ser lo primero que viene a la mente. Sin embargo, hay un aspecto fundamental que asegura el bienestar de los astronautas y que ha evolucionado de manera sorprendente: los alimentos espaciales. Estos no solo deben proporcionar una nutrición adecuada, sino también adaptarse a las condiciones extremas del espacio. ¿Quieres saber más sobre ellos?

Los primeros pasos: comida en tubos y cubos

En los inicios de la carrera espacial, allá por los años 60, la comida que consumían los astronautas estaba lejos de ser deliciosa. Durante las primeras misiones, los alimentos se ofrecían en tubos de aluminio, similares a los de pasta de dientes, o en cubos comprimidos. Los purés y líquidos espesos se exprimían directamente en la boca, mientras que los cubos se consumían de un solo bocado. Si bien cumplían su función, la experiencia de comer en el espacio no era nada apetitosa.

A medida que el programa espacial avanzaba, también lo hacía la tecnología detrás de los alimentos. Cada misión representó un paso más hacia la mejora de la dieta de los astronautas:

  • Proyecto Gemini (1965-1966): Los alimentos deshidratados hicieron su aparición. Estos debían rehidratarse con agua antes de ser consumidos, lo que facilitaba su almacenamiento y transporte.
  • Programa Apollo (1969-1972): La calidad y variedad mejoraron significativamente. Los astronautas podían disfrutar de sopas, estofados, frutas y hasta postres, lo que hacía la experiencia más placentera.
  • Estación Espacial Skylab (1973-1974): Por primera vez, se instaló una pequeña cocina en el espacio. Los alimentos se presentaban enlatados, congelados o liofilizados, y podían ser calentados antes de consumirse.


Hoy en día, con la Estación Espacial Internacional (ISS) y las futuras misiones a Marte en el horizonte, los alimentos espaciales han alcanzado un nivel de sofisticación impresionante. La mayoría de ellos se presenta en forma liofilizada, es decir, se les elimina el 98% del agua, lo que los hace ligeros y fáciles de almacenar. Para ser consumidos, solo necesitan reconstituirse con agua caliente o fría.

Algunos alimentos como sopas o guisos son sellados en bolsas y sometidos a tratamiento térmico para eliminar microorganismos. Esto asegura que puedan durar largos periodos sin refrigeración, un aspecto crucial en el espacio, donde no es viable llevar neveras llenas de comida.

Desafíos de la comida espacial

A pesar de los avances, aún existen retos importantes que los científicos están tratando de superar:

  • Cultivar alimentos en el espacio: Se están realizando experimentos con sistemas hidropónicos y aeropónicos para cultivar vegetales frescos, como lechugas y rábanos, directamente en el espacio. Esto será esencial para misiones de larga duración.
  • Manipulación en microgravedad: Los alimentos deben ser fáciles de manejar en un entorno sin gravedad. Migajas o líquidos flotantes pueden dañar los equipos o ser inhalados accidentalmente.
  • Durabilidad: Los alimentos espaciales deben durar más de un año sin refrigeración, lo que requiere técnicas avanzadas de conservación como la liofilización y el envasado al vacío.

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El futuro de la comida en el espacio

A medida que nos acercamos a misiones más ambiciosas, como el regreso a la Luna y la exploración de Marte, la innovación en los alimentos espaciales será fundamental. No solo se busca mejorar su sabor y variedad, sino también asegurar que cubran todas las necesidades nutricionales de los astronautas, proporcionando un equilibrio adecuado de proteínas, carbohidratos, grasas, vitaminas y minerales.

Con información de Gourmet de México.

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