Los siete signos del estrés que debes tener en cuenta
El estrés es parte de la vida, pero su manejo adecuado es clave para evitar problemas de salud a largo plazo.
Para muchos de nosotros, el estrés es una parte inevitable de la vida diaria. Sin embargo, es un factor silencioso que puede afectar negativamente nuestra salud a largo plazo si no se maneja adecuadamente. Aunque hablamos abiertamente sobre cómo el consumo de alcohol o el tabaquismo impactan en nuestra salud, el estrés crónico trae consigo sus propios problemas. Cuando estamos estresados, nuestro cuerpo entra en un modo de “lucha o huida”, activando el sistema nervioso simpático y liberando hormonas como el cortisol y la adrenalina. Aunque un poco de estrés es normal, cuando se vuelve prolongado, puede afectar seriamente nuestro bienestar.
A continuación, te presentamos los siete signos físicos más comunes del estrés que debes conocer y qué hacer al respecto:
1. Tics oculares
Los tics oculares, esos molestos espasmos alrededor del ojo, son una manifestación visual del estrés. Ocurren cuando las hormonas del estrés provocan espasmos en los músculos de los párpados. La falta de sueño puede agravar este síntoma.
¿Qué hacer?
Aunque puede ser frustrante, este tic es inofensivo y generalmente desaparece a medida que gestionas mejor tu estrés. Mejorar la calidad del sueño y reducir tus niveles de ansiedad puede ayudarte.
2. Tinnitus
El tinnitus es un trastorno auditivo que provoca la percepción de un zumbido o pitido en los oídos, sin que exista una fuente externa de sonido. Aunque puede estar relacionado con la pérdida de audición, también puede ser desencadenado por el estrés.
¿Qué hacer?
Mejorar la calidad del sueño y reducir el estrés puede ser efectivo para aliviar el tinnitus. Si los síntomas persisten, es recomendable acudir a un especialista.
3. Dolor estomacal
El vínculo entre el intestino y el cerebro, conocido como el “eje intestino-cerebro”, explica por qué el estrés y la ansiedad suelen manifestarse con cambios en la digestión y hábitos intestinales. Muchas personas experimentan dolor estomacal, hinchazón, estreñimiento o reflujo durante períodos de estrés.
¿Qué hacer?
Generalmente, estos síntomas se alivian cuando el estrés disminuye. Sin embargo, si persisten durante más de dos semanas, lo mejor es consultar a un médico para descartar otras causas.
4. Pérdida de cabello
La caída del cabello es otra consecuencia del estrés. Aunque es normal perder alrededor de 100 cabellos al día, durante períodos de estrés, esta pérdida puede aumentar, resultando en cabello más fino y mayor cantidad de cabello en el cepillo o la ducha. Esta condición se conoce como efluvio telógeno y, por lo general, aparece unos meses después de haber pasado por un momento estresante.
¿Qué hacer?
La buena noticia es que esta pérdida de cabello relacionada con el estrés es temporal. El cabello debería comenzar a crecer nuevamente unos meses después de que el estrés disminuya.
5. Úlceras bucales
Las úlceras bucales, o aftas, son llagas dolorosas que aparecen en la boca o en la lengua. Son un signo común de que el sistema inmunológico está debilitado, lo que puede ocurrir cuando estamos estresados. El aumento del cortisol salival y el hábito de morderse las mejillas o labios durante el estrés también pueden contribuir a su aparición.
¿Qué hacer?
Mantener una buena higiene bucal y reducir los niveles de estrés puede prevenir la aparición de estas úlceras. Si las úlceras persisten más de dos semanas, consulta a un médico.
6. Herpes labial
El herpes labial es causado por el virus del herpes simple, que permanece latente en el cuerpo y puede reactivarse en momentos de estrés. Estos brotes se manifiestan como ampollas en los labios y suelen ocurrir cuando el sistema inmunológico está debilitado.
¿Qué hacer?
No se puede hacer mucho una vez que el herpes labial ha aparecido, pero aplicar una crema antiviral al primer signo de hormigueo puede reducir la duración del brote. La mejor prevención es manejar el estrés de manera activa.
7. Erupciones cutáneas o urticaria
El estrés también puede provocar erupciones en la piel o urticaria, que se presentan como pequeñas protuberancias rojas que pican. Además, puede desencadenar brotes en personas con afecciones cutáneas preexistentes, como el eczema o la psoriasis. Esto ocurre debido a la liberación de histaminas y otras sustancias inflamatorias en respuesta a las hormonas del estrés.
¿Qué hacer?
Mantener la piel fresca e hidratada puede ayudar a proteger la barrera cutánea y aliviar los síntomas. En caso de picazón intensa, un antihistamínico de venta libre puede ser útil.
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El estrés es parte de la vida, pero su manejo adecuado es clave para evitar problemas de salud a largo plazo. Practicar técnicas de relajación, como la respiración profunda o el ejercicio, y tomarse pequeños descansos puede activar nuestro sistema parasimpático, responsable de la respuesta de “descanso y digestión”, ayudándonos a reducir el impacto del estrés en nuestro cuerpo.
Con información de The Telegraph.