Algunos expertos están pidiendo restricciones de edad para la venta de bebidas no alcohólicas
El mercado de bebidas sin alcohol ha crecido, especialmente entre adultos jóvenes que buscan reducir su consumo de alcohol.
CIUDAD DE MÉXICO.- El mercado de bebidas bajas en alcohol y sin alcohol ha ganado terreno en los últimos años, especialmente entre los adultos jóvenes que buscan reducir su consumo de alcohol. Para ser consideradas no alcohólicas, estas bebidas deben contener menos de 0.5% de alcohol por volumen. Esta tendencia ha dado lugar a productos que imitan a las bebidas alcohólicas tradicionales, como Budweiser Zero o la versión sin alcohol de la cerveza Corona, ambos en botellas de presentación similar a las originales.
Sin embargo, algunos expertos han comenzado a expresar preocupaciones sobre la venta de estas bebidas a menores de edad. Aunque estas no producen efectos de embriaguez, pueden compartir características con las bebidas alcohólicas, como el sabor, el olor y el aspecto, lo que podría influir en los hábitos de consumo futuros de los jóvenes.
Preocupaciones por el consumo en menores
El Dr. Molly Bowdring, investigadora del Stanford Prevention Research Center, advirtió que estas bebidas podrían introducir a los menores en la cultura del consumo de alcohol, lo que a largo plazo podría fomentar hábitos no saludables. Aunque las bebidas sin alcohol no causan intoxicación, Bowdring señala que podrían preparar a los jóvenes para consumir alcohol real más adelante. La similitud entre las bebidas sin alcohol y sus versiones alcohólicas es uno de los principales factores de preocupación.
En algunos países como Japón, donde la edad mínima para beber es de 20 años, estudios han mostrado que entre el 20% y el 30% de los estudiantes consumen bebidas sin alcohol. Los resultados sugieren que aquellos jóvenes que han probado estas bebidas muestran un mayor interés en consumir alcohol en el futuro, en comparación con quienes no las han probado.
Regulaciones y opiniones encontradas
En varios países, como Australia y Taiwán, las investigaciones también han encontrado una correlación entre el consumo de bebidas sin alcohol y la intención de beber alcohol en adolescentes. En Australia, un estudio reveló que los adolescentes que consumieron bebidas sin alcohol eran 2.5 veces más propensos a haber probado alcohol en comparación con aquellos que no lo hicieron.
A pesar de estas preocupaciones, las regulaciones en torno a la venta de estas bebidas a menores varían significativamente. En Estados Unidos, solo 12 estados limitan la venta de bebidas sin alcohol a menores, aunque muchas de estas restricciones parecen haber sido accidentales y no intencionadas. En estados como Georgia e Idaho, las bebidas sin alcohol están restringidas porque se regulan de manera similar a las cervezas, basándose en el proceso de elaboración más que en el contenido de alcohol.
Propuestas de nuevas normativas
Lisa Hawkins, portavoz del Distilled Spirits Council, grupo que representa a fabricantes de bebidas alcohólicas, comentó que muchas marcas de alcohol ya han implementado de manera voluntaria restricciones de edad en sus bebidas sin alcohol, aunque el grupo no tiene una postura oficial sobre las restricciones estatales.
Algunas marcas, como Budweiser, sostienen que sus productos están destinados exclusivamente para el consumo adulto y que cumplen con las normas de publicidad responsable. Sin embargo, la falta de una normativa unificada en torno a las bebidas sin alcohol y los menores sigue siendo un tema debatido.
Impacto en la salud de los menores
Bowdring insiste en que, aunque las bebidas sin alcohol pueden ser beneficiosas para los adultos que buscan reducir su consumo de alcohol, no ofrecen ningún beneficio para los menores. De hecho, señala que hay evidencia emergente que sugiere posibles daños asociados con su consumo, particularmente en cuanto a la normalización del consumo de bebidas alcohólicas.
La investigadora actualmente trabaja en un estudio para comprender mejor cómo y con qué frecuencia los menores en Estados Unidos están consumiendo estas bebidas, mientras que muchos expertos coinciden en que sería prudente establecer regulaciones más claras y estrictas al respecto.
Llamado a la acción
Dado el creciente interés en las bebidas sin alcohol y la influencia que podrían tener en los menores, Bowdring y otros expertos llaman a los gobiernos estatales a intervenir. Limitar la venta de estas bebidas a menores podría ser un paso clave para evitar la formación de hábitos relacionados con el consumo de alcohol en el futuro.
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