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¿Existe un pez con patas?

El petirrojo marino del norte (Prionotus carolinus) es un pez único que utiliza aletas modificadas como patas para caminar por el fondo marino.

CIUDAD DE MÉXICO.- El mundo marino está lleno de criaturas sorprendentes, pero pocas tan curiosas como el petirrojo marino del norte (Prionotus carolinus). Aunque a simple vista parece un pez común, su capacidad para “caminar” por el fondo del océano lo convierte en una especie única. Este pez usa aletas modificadas, que funcionan como patas, para desplazarse en busca de alimento, una habilidad que recuerda al personaje ficticio Darwin, de la caricatura El asombroso mundo de Gumball.

A diferencia de muchos peces que solo nadan, el petirrojo marino utiliza estas patas para recorrer el lecho marino. Sin embargo, lo más sorprendente no es su capacidad para caminar, sino cómo emplea estas extremidades para localizar comida. Estas patas actúan como sensores táctiles y químicos, permitiéndole detectar presas enterradas en la arena. Esta adaptación evolutiva le ofrece una ventaja en entornos donde la visibilidad es limitada.

Un sensor múltiple en cada “pata”

El estudio publicado en Current Biology, liderado por Corey A.H. Allard, revela que las patas del petirrojo marino están cubiertas de papilas sensoriales, que le permiten percibir tanto estímulos táctiles como químicos. Estas papilas detectan sustancias químicas liberadas por sus presas, como la L-alanina, y responden a la más mínima presión de los objetos enterrados. Esta combinación sensorial le facilita encontrar alimento en condiciones difíciles.

Además, estas extremidades están conectadas a un sistema nervioso altamente especializado. Las patas no solo le permiten caminar, sino también “sentir” y “saborear” su entorno. Esto es esencial para sobrevivir en aguas turbias donde la vista no es suficiente para capturar presas. De este modo, el petirrojo marino ha adaptado su anatomía para aprovechar al máximo los recursos disponibles en su hábitat.

Adaptaciones evolutivas únicas

El petirrojo marino no es el único pez que ha desarrollado patas para moverse por el fondo marino. Sin embargo, lo que lo diferencia de otras especies es la especialización de sus patas. Mientras que algunos peces como el pez sapo también usan apéndices sensoriales para detectar presas, las patas del Prionotus carolinus están diseñadas específicamente para excavar en la arena y diferenciar texturas.

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Este comportamiento no es común en todas las especies del género Prionotus. Por ejemplo, el Prionotus evolans, aunque posee patas similares, no las utiliza para buscar presas enterradas. Este pez se basa más en la visión que en el tacto y el olfato para capturar su comida. Las diferencias en el uso de estas patas reflejan la diversidad de adaptaciones dentro de esta familia de peces, destacando cómo la evolución moldea las características de cada especie según su entorno y necesidades.

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