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Esto es el ‘descuento hiperbólico’, y por esta razón deberías ignorarlo

Esto es el ‘descuento hiperbólico’, y por esta razón deberías ignorarlo

CIUDAD DE MÉXICO.- El descuento hiperbólico es un fenómeno psicológico que nos lleva a preferir recompensas inmediatas, aunque estas sean menores, en lugar de esperar por beneficios más grandes en el futuro. Este sesgo distorsiona la percepción del valor, haciéndonos tomar decisiones impulsivas que pueden no ser las mejores a largo plazo. Según Vincent Berthet, profesor de la Universidad de Lorraine, esto ocurre porque nuestro cerebro tiende a magnificar el valor de las gratificaciones inmediatas, un comportamiento que los psicólogos y economistas han estudiado durante décadas.

El concepto ha sido explorado desde tiempos antiguos, cuando comerciantes y filósofos trataban de comprender la lógica del valor del dinero y el rendimiento del capital. En la actualidad, economistas conductuales y psicólogos han profundizado en la comprensión de este sesgo, aplicando modelos matemáticos y estudios de comportamiento para predecir cómo afecta nuestras decisiones financieras y cotidianas. La investigación de Daniel Kahneman, Premio Nobel de Economía, ha sido clave para entender cómo estos sesgos influyen en la economía del comportamiento.

Impacto en las decisiones diarias

El sesgo del descuento hiperbólico no solo afecta decisiones financieras, sino también situaciones cotidianas. Un claro ejemplo es el clásico experimento del “marshmallow” en el que niños pequeños debían elegir entre comerse un dulce de inmediato o esperar para obtener dos. La mayoría optaba por la gratificación inmediata, lo que refleja la dificultad de retrasar el placer, incluso si esto les proporcionaría un mayor beneficio en el futuro. Este sesgo también se manifiesta en adultos cuando prefieren recibir una pequeña suma de dinero hoy en lugar de una mayor en una semana.

En el ámbito financiero, este sesgo puede tener consecuencias importantes. Al tomar decisiones monetarias bajo su influencia, las personas tienden a priorizar gratificaciones inmediatas, lo que puede llevarlas a optar por un crédito rápido o gastar en compras impulsivas en lugar de ahorrar para un futuro más estable. Las consecuencias pueden ser costosas, ya que lo que parece una pequeña ganancia hoy puede representar una pérdida mayor a largo plazo.

Estrategias para superar el sesgo

Para evitar caer en el descuento hiperbólico, los expertos sugieren diversas estrategias. Una de ellas es el uso de “dispositivos de compromiso”, como la planificación de ahorros automáticos o la programación de ejercicios que no se puedan posponer fácilmente. Richard Thaler, también Nobel de Economía, propuso un sistema en el que los ahorros aumentan con cada incremento salarial, lo que ayuda a las personas a tomar decisiones a largo plazo de manera más automática.

Otra técnica es el “compromiso previo”, que consiste en evitar futuras tentaciones comprometiéndose de antemano. Esto puede aplicarse tanto en la planificación financiera como en otros aspectos de la vida diaria, como la salud o el ejercicio. Además, el uso de recordatorios, ya sean visuales o escritos, sobre los beneficios a largo plazo de una buena decisión también puede ser una herramienta eficaz para mitigar el sesgo hiperbólico.

Proyectarse hacia el futuro

Una de las técnicas más efectivas es el llamado “viaje mental en el tiempo”, que consiste en proyectarse a uno mismo en el futuro y visualizar las consecuencias de las decisiones presentes. Este enfoque, también conocido como pensamiento futuro episódico, ayuda a hacer más tangible la recompensa futura y a reducir el atractivo de la gratificación inmediata. De este modo, las personas pueden tomar decisiones más reflexivas y menos impulsivas, considerando cómo afectarán a su “yo futuro”.

Además, aplicar un pensamiento más abstracto o de alta interpretación puede ayudar a ver el panorama general en lugar de centrarse en los detalles inmediatos. Esta visión amplia permite que las personas se den cuenta de los beneficios a largo plazo de ciertas decisiones, como ahorrar para la jubilación o elegir una tasa de interés fija en un préstamo.

La importancia de la reflexión

Tomarse un tiempo para reflexionar antes de tomar una decisión importante también es una estrategia útil. Por ejemplo, esperar un día, una semana o incluso un mes antes de hacer una compra no esencial puede ayudar a evitar decisiones impulsivas. Este periodo de reflexión permite evaluar con mayor claridad si la compra es realmente necesaria o si es el resultado de un deseo inmediato.

Para decisiones a largo plazo, como contratar una hipoteca o comprar un automóvil, resulta clave hacer cálculos detallados y comparar las diferentes opciones disponibles. De esta forma, se puede obtener una mejor visión del costo total a lo largo del tiempo y evitar caer en las trampas del sesgo hiperbólico.

Pequeñas recompensas para grandes beneficios

Finalmente, una estrategia práctica para mitigar el sesgo hiperbólico es crear pequeñas recompensas inmediatas que refuercen hábitos positivos. Esto puede ser algo tan simple como ver una serie mientras haces ejercicio, en lugar de verla en el sofá. Así, se puede vincular el esfuerzo a una recompensa instantánea, haciendo que las decisiones a largo plazo sean más atractivas.

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En resumen, aunque el sesgo hiperbólico puede llevarnos a tomar decisiones impulsivas, existen múltiples herramientas y estrategias que pueden ayudarnos a superarlo y a tomar decisiones más beneficiosas para nuestro futuro.

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